Francisco Ayala cree que el 'Quijote' es indispensable para los escritores actuales

El escritor Francisco Ayala (Granada, 1906) volvió ayer a Sevilla para dejar el rastro de su inteligencia y lucidez. Elegante y sonriente, su mirada brilla con la precisión del que no pierde ripio de lo que ocurre a su alrededor. El académico y escritor participó en la sesión de apertura del simposio internacional Francisco Ayala y América, que se inició ayer en la sede del rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). Ayala hizo un elogio del Quijote, una novela que "para los escritores actuales es indispensable". El simposio concluirá mañana viernes.

A sus 98 años, Ayala camina erguido con la curiosidad a flor de piel. Nunca quiso doblegarse ante el paso del tiempo, y ahora recoge los frutos de su voluntad. "Es realmente abrumador para mí, a la edad que tengo, recibir estos homenajes. Lo único que puedo hacer es repetir que he cumplido mi misión en la vida, que me he pasado de largo y que he cometido la imprudencia de sobrevivir para no estar en un asilo o en el cuartito de una casa, sino en este esplendor en que me encuentro", dijo Ayala mientras miraba a las decenas de personas congregadas en el rectorado de la UNIA, un marco realzado por la belleza del monasterio de la Cartuja.

El simposio, que reúne a una veintena de profesores y especialistas procedentes de universidades españolas, estadounidenses y brasileñas, continuará hoy en Sevilla. El congreso, que analiza los vínculos del escritor granadino con América, concluirá mañana en la sede de la UNIA en La Rábida (Huelva). El escritor vivió durante casi medio siglo en América. Residió en Argentina, Brasil, Puerto Rico y Estados Unidos.

Ayala bromeó con su edad. "¿Qué haces tú aquí todavía si dentro de poco vas a tener 100 años?", se preguntó. Y dirigiéndose al público añadió: "Ustedes dirán: '¿Qué hace este hombre aquí?'. Aquí estoy no sólo activo, no sólo hablando, sino ocupando un sitio que me honra y me llena de felicidad", concluyó en su discurso de apertura, mientras sonreían a su lado la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosario Torres, y el rector de la UNIA, José María Martín Delgado.

El autor de El jardín de las delicias tuvo, además, tiempo para departir con una docena de periodistas. Ayala repartió rosas y cardos. Estados Unidos, el país donde residió varios años, se llevó los pinchazos. El escritor censuró la guerra y la posguerra de Irak. "Creo que mi opinión no difiere de la opinión de la mayoría de la gente. Es una barbaridad, un horror. Como español estoy muy contento de lo que el Gobierno ha hecho, que es retirarse", afirmó Ayala. Cuando se le preguntó por la política estadounidense su respuesta se resumió en una palabra: "Horrible". Con todo, el panorama internacional también tiene, a su juicio, aspectos positivos. Es el caso de la ampliación de la Unión Europea, que calificó de "indispensable". "Hay que aplaudirla", dijo sobre la entrada de nuevos países en la UE.

La Junta, las universidades andaluzas y otras instituciones apuestan por su candidatura al Nobel. "Yo no he solicitado nada. No he pedido ningún premio. Lo que he recibido lo he agradecido profundamente, pero no lo he solicitado. Si viene, será recibido con mucho agradecimiento", dijo Ayala, que recibió el Premio Cervantes en 1991.

Y, sobre todo, el escritor granadino recalcó la inmortalidad del Quijote, "la gran obra que está ahí para siempre para la humanidad. Para los escritores actuales es indispensable", concluyó.