Zaha Hadid cree que la arquitectura genera "líneas de energía" en el entorno

La arquitecta angloiraquí Zaha Hadid (Bagdad, 1950) presentó ayer en Bilbao el que será su primer proyecto en Vizcaya, la nueva sede de la compañía ferroviaria pública Euskotren en la localidad de Durango, un edificio que aúna funcionalidad y belleza construido en hormigón y vidrio. Una actuación que precede a su gran proyecto bilbaíno, la regeneración urbanística de las 57 hectáreas de la península de Zorrozaurre. La arquitecta destacó la importancia que tiene en sus trabajos el entorno, un espacio donde la arquitectura ha de "generar ideas, crear voces nuevas y líneas de energía".

La intervención de Zaha Hadid en Durango (26.000 habitantes)ha sido posible tras la decisión de soterrar las vías del tren a su paso por la localidad, que dividían la población no sólo físicamente. El proyecto de la arquitecta incluye la estación ferroviaria, un parque público en el espacio que dejan libres las vías tras su soterramiento, una zona comercial y el edificio de la nueva sede de Euskotren.

El edificio de Hadid se asemeja a "un vórtice", como lo definió ella misma, "un todo que se va uniendo, a la manera de cómo la naturaleza combina sus elementos". Así, Hadid ha ideado una torre de oficinas, de siete plantas, concebida como un volumen continuo, que emerge como una prolongación de la cavidad de la estación de tren y "que se expande verticalmente". De esta torre surge "como una lengua en movimiento, por el efecto del vidrio", el espacio de la zona comercial, planificada para funcionar durante las 24 horas del día. Esa zona albergará cines, teatros, discotecas, restaurantes, bares y tiendas. En el techo, unos tragaluces darán luz y ventilación natural a la zona comercial. La continuidad de los elementos enlaza esta zona con el parque público, que "forma un paisaje con las calles del entorno".

Todo el proyecto está marcado por la presencia de la luz natural. Desde las paredes de cristal del edificio de Euskotren a los tragaluces sobre la zona comercial y la estación del ferrocarril, en el nivel más bajo. "Hay un juego importante de luz. El vértice del edificio sede está concebido como un cañón de luz que desciende hasta las vías del tren", apuntó Hadid. Habrá también tragaluces que iluminen el aparcamiento. De la misma manera, estas ventanas harán surgir la luz de noche en el parque, a modo de enormes linternas. "La estación, el parque, el área comercial, las oficinas, todo se va conectando y relacionando. El parque forma un paisaje que al tiempo es el techo de la parte que está bajo la superficie", explicó.

"Se trata de una propuesta funcional, desde la poética que preside su obra", indicó el consejero vasco de Obras Públicas y Transportes, Álvaro Amann. "Hemos creado una estructura sin fisuras, funcional, de acceso fácil a los tres elementos", comentó Hadid. La arquitecta ha querido integrar el edificio y el parque en el entorno urbano, pero también en la zona donde se ubica, la comarca del Duranguesado. "Hace 20 años se interpretaba el contexto para la realización de la arquitectura, pero ahora el entorno sirve para generar ideas. En este caso el paisaje sí ha influido ya que la morfología de la sede de Euskotren recuerda a las montañas del entorno", apuntó.

Hadid, que acudió a Bilbao vestida de negro de pies a cabeza y enfundada en una gabardina blanco marfil para protegerse de la incesante llovizna, se mostró "encantada" de trabajar en el País Vasco, donde tiene pendiente el proyecto de regeneración de la península de Zorrozaurre, en Bilbao, el mayor plan de regeneración urbanística de la zona, que afectará a más de 57 hectáreas en la misma ría del Nervión, y que presentará después del verano. Hadid se refirió a los grandes arquitectos que han intervenido o lo están haciendo en Bilbao: Norman Foster, Frank Gehry, Arata Isozaki y Ricardo Legorreta. "No es corriente lo que está ocurriendo en esta región. Quizá el motor haya sido el Museo Guggenheim, pero la transformación no se ha dedicado sólo a unos edificios, sino a problemas globales", comentó.

La primera mujer premio Pritzker de arquitectura, el de 2004, que recogerá en mayo, invitó a "no pararse" sólo ante un edificio, sino a apreciar los proyectos en su conjunto, sus soluciones y sus respuestas a los problemas de toda índole.

"Espero que no me den el premio porque soy una mujer", bromeó Hadid, "sino por mi trabajo. Pero sí espero que este premio sirva para ayudar a las mujeres a romper el techo de cristal en arquitectura, a acceder a mejores lugares en esta profesión. Habría que preguntarse por qué he sido la primera mujer que lo obtiene en 25 años. Quizá deberíamos replantearnos cómo se contempla la arquitectura realizada por mujeres".