Militares de EE UU critican la estrategia en Irak

Las críticas a la estrategia estadounidense en Irak aumentan, y no sólo en el exterior, sino entre algunos mandos militares norteamericanos también, que dudan de las posibilidades de éxito de su país. El recrudecimiento de la violencia en Irak y el escándalo de los abusos a prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib están alimentando la disensión dentro de Estados Unidos. En declaraciones publicadas ayer por el diario The Washington Post, algunos militares de alto rango se unieron a las voces discordantes.

El general Charles Swannack, el comandante de la 82ª División Aerotransportada, cree que Estados Unidos está ganando a nivel táctico, es decir, en las batallas, pero a nivel estratégico está perdiendo la guerra. Lo mismo opina el coronel del Ejército Paul Hughes, quien fue el director de planes estratégicos de la Autoridad Civil de EE UU en Bagdad. "A menos que nos aseguremos de tener una política coherente, perderemos estratégicamente", declaró.

Hughes dijo que su hermano murió en la guerra de Vietnam y él se había prometido a sí mismo que haría "todo lo posible" por evitar una derrota estratégica como ésa. "Aquí estoy, treinta años después, pensando que ganaremos todos los combates, pero perderemos la guerra, porque no entendemos la guerra en la que estamos", aseguró.

El artículo incluye los comentarios de otros mandos que quisieron permanecer anónimos. Un general, por ejemplo, responsabiliza de los errores directamente al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y a su número dos, Paul Wolfowitz. "Creo que no teníamos una estrategia de guerra claramente definida, un estado final y una estrategia de salida antes de iniciar la invasión", recalcó.

Elecciones lejanas

En el plano político, el futuro parece también difícil. "Los objetivos políticos para realizar las elecciones en Irak aún están lejos de alcanzarse", según el argentino Santiago Corcuera, uno de los expertos a los que la ONU ha encargado la organización de comicios en ese país. En una entrevista publicada ayer por el diario La Nación, Corcuera, uno de los tres jueces de la Cámara Nacional Electoral de Argentina, manifestó, sin embargo, que "técnicamente es posible que se llegue a tiempo" para celebrar las elecciones en la fecha prevista, que es el 31 de enero de 2005.

"Políticamente, los objetivos son lejanos. Deben definir entre ellos quiénes pueden ejercer derechos políticos. Además, no existe un padrón electoral, ni un registro civil. Tampoco tienen documentos de identidad confiables y hay que constituir los partidos políticos", explicó Corcuera.