Las verdades del barquero

El 1 de mayo, en un periódico andaluz, se entrevistaba a la consejera de Educación, Cándida Martínez. En esa entrevista sostenía que en Andalucía se cumplía escrupulosamente la LOCE y esto -a pesar de ser muy grave, pues se trata de una Ley Orgánica- no es verdad. Tres ejemplos para que cada uno juzgue:

1. La LOCE, en su artículo 85-3, dice muy claramente que los jefes de los departamentos didácticos serán catedráticos o profesores de Secundaria. En Andalucía, con su consentimiento, cientos de jefaturas de departamento están ocupadas por profesores que no cumplen ese requisito, no tienen la titulación requerida y, por tanto, ocupan el puesto ilegalmente, practican el intrusismo profesional y cometen un fraude y una ilegalidad cuando firman actas de reclamación de exámenes sin tener la titulación requerida para corregir esos exámenes. Forma muy sibilina de no permitir el rigor académico y de no exigir lo que se ignora.

2. La LOCE dice que las notas en la ESO serán numéricas. En Andalucía esto no se cumple y seguimos poniendo las notas con letras. Forma muy sibilina de enmascarar el conocimiento real del alumno.

3. La LOCE dice que el alumno que suspenda más de dos asignaturas tendrá que repetir curso. En Andalucía, según lo enviado a los centros y publicado por su Consejería, se habla de área o materia y no de asignatura. Los que nos dedicamos a enseñar Lengua sabemos que la relación semántica entre asignatura y materia o área no es de sinonimia, sino de hiponimia. En román paladino: para la consejera, si un alumno tiene suspendidas las Matemáticas de 1º, 2º, 3º y 4º de ESO, por arte de birlibirloque, sólo tiene suspendida una asignatura. Forma muy sibilina de enmascarar el fracaso escolar que, diga usted lo que diga, es alarmante.

La Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA) ya ha llevado, lleva y llevará todas las irregularidades a la opinión pública, al MEC y a los tribunales.

Señora consejera, es cierto que su Departamento tiene competencias para ordenar acabar el curso el 22 de junio y obligarnos a realizar los exámenes extraordinarios un día después. No obstante, usted ha tenido encima de su mesa miles de firmas reclamando esos exámenes en septiembre, por simple sentido común, y nos ha ninguneado. Su talante dialogante y su aparente candidez se diluyen como un azucarillo cuando se le lleva la contraria. No se ha dignado nunca a hablar con APIA y es una auténtica pena porque en nuestra asociación, con cientos de asociados y miles de votantes, todos somos docentes de Secundaria en activo, con clase, y algunos compaginamos la docencia y el sindicalismo. Es una pena que usted se asesore y se codee sólo con los sindicatos que dicen ser de clase, pero sin clase. ¡Así nos luce el pelo.!