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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El primer colegial

Juan Cruz

Ian Gibson dice que es el hombre de la camisa feliz, como el hombre del famoso cuento. José García Velasco, el director de la Residencia de Estudiantes, considera que este veteranísimo colegial, el primero que tuvo esa institución, tiene la memoria fresca, e incluso la coña marinera que a veces oculta para ser políticamente correcto con respecto a las maldades que también recuerda...

En los tiempos turbulentos en los que él se convirtió en el verdadero inventor del surrealismo español (al decir de José Bergamín), aun sin haber escrito una línea, se hizo el amigo de todo el mundo, y aunque a su lado silbaran las navajas, siempre se situó en el medio, para que ni unos ni otros conocieran por él los insultos respectivos. Si Luis Buñuel le decía que Lorca era una mierda o viceversa, o si Dalí decía de ambos lo mismo que los otros decían de él, Pepín Bello sabía que el equilibrio de esa dificilísima amistad pasaba por la sonrisa con la que mantuvo el discreto encanto que le ha hecho legendario...

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"Yo, como Giner de los Ríos, cada día más liberal y con la camisa más limpia"

Si no fuera por él, esa memoria de todos estaría sepultada; la ha trasladado con discreción y socarronería; en la sombra de las confidencias llega a decir que Luis Buñuel fue un vago y un mentiroso, y mucho más abiertamente confiesa que Gustavo Durán fue "un gran marica"...

Gibson, que acaba de publicar la biografía del joven Dalí, recuerda que en todas las circunstancias en que concurrían sus torpezas estaba Pepín para llevarlo de la mano... Muchas veces fue a los burdeles con Buñuel, pero no fue un hombre de vida disipada. ¿Por eso su salud lo ha mantenido tan alerta, tan vivo a los cien años? Dice Javier Rioyo que el récord de whiskies que ha tomado Pepín Bello en una sola noche, sin levantarse de su silla, se sitúa ahora mismo en catorce; aún mantiene conversaciones sin pestañear hasta las dos de la madrugada, y en ese momento no es él quien las despide.

¿Y de qué habla? De todo, pero él no abriga ni melancolía ni nostalgia de los tiempos tan notorios que se dibujaron ante él cuando se produjo aquel milagro republicano de la Residencia...

Lo que más añora, acaso, es la inteligencia que le ha rodeado, y entre esos personajes que le hicieron feliz la vida cita mucho a Juan Benet, que fue, como su padre, ingeniero de Caminos, y era capaz de mantener una conversación sobre un mismo asunto sin disminuir su chispa durante días y días, y además, como el propio Pepín Bello, podía trasegar catorce whiskies sin que le temblaran la mano o esa inteligencia que él tanto admiró...

José García Velasco, que le ve cada día, nos dijo ayer: "Qué guapo está, qué inteligente, qué lúcido y qué alegre". Sí tiene un resquemor: sabe que lo mejor se acabó con la guerra. Acaso lo mejor es lo que le mantiene feliz, como si luego hubiera vivido gracias a aquel gran motor que le dieron los amigos a los que no traicionó nunca.

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