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Condenado a pagar 27.158 euros el joven que rompió y se llevó la mano de la Cibeles

Los otros cinco imputados han sido absueltos del cargo de encubrimiento

J. A. Aunión

El juzgado de lo Penal número 14 de Madrid ha condenado a Rodrigo de Jacobo Lozano, de 24 años, a una multa de 3.240 euros y a indemnizar al Ayuntamiento con 23.918 euros por romper y después llevarse la mano izquierda de la estatua de la diosa Cibeles el pasado 21 de septiembre de 2002. Los otros cinco jóvenes que, según la sentencia, vieron lo que hizo Rodrigo y colaboraron en la posterior devolución del trozo de monumento, aunque éste nunca fue recuperado, han sido absueltos de la acusación de encubrimiento por la que la fiscal pedía un año de cárcel.

"La sensación era la misma que cuando estás en casa de un amigo y rompes algo". Así describió Rodrigo de Jacobo durante el juicio lo ocurrido la madrugada del pasado 21 de septiembre de 2002, sólo que, en lugar de en casa de un amigo, estaba bañándose en calzoncillos junto a otros cinco jóvenes en la fuente de la Cibeles y lo que rompió fue la mano izquierda del monumento de la diosa.

Rodrigo va a tener que pagar los desperfectos, es decir, los 23.918 euros que le costó al Ayuntamiento arreglar la mano de la diosa, y recibirá una reprimenda en forma de multa de 3.240 euros, por lo que el juez del proceso, David Cubero, ha considerado en la sentencia hecha pública ayer un delito de daños en el patrimonio histórico por imprudencia grave. La fiscal, que en principio pedía dos años de cárcel, había ofrecido también esta posibilidad. El juez considera que el acusado no tenía intención de romper la estatua, sino que lo hizo al apoyar el peso de su cuerpo para subir hasta la parte superior del monumento. Se basa en la declaración de un testigo que vio los hechos desde una parada de autobús situada a unos 50 metros de la fuente y "cuya actuación cívica" se destaca en la sentencia. Esta persona explicó que la primera reacción del condenado fue de sorpresa y, después, de miedo.

Acto seguido recogió la mano, dice la sentencia, y se la enseñó a los amigos que le acompañaron durante un baño que habían decidido darse para continuar con la celebración del cumpleaños de uno de ellos. La reacción de Rodrigo fue la de tratar de esconder lo que había roto, así que se llevó la mano en su coche y todos salieron huyendo conscientes, según el juez, de lo que había ocurrido.

No obstante, Javier Mariano L. M., José C. P., Josué R. D., Gaspar C. G. y Jorge N. R. han sido absueltos de la acusación de encubrimiento por la que la fiscal pedía un año de cárcel. Aunque eran conscientes del delito, afirma el juez, "no llevaron a cabo acto alguno de ocultación, alteración o inutilización del cuerpo del delito", ya que en cuanto tuvieron contacto directo con la mano sustraída, en la tarde-noche del 22 de septiembre -hasta ese momento había permanecido en poder de Rodrigo-, empezaron a buscar la manera de devolverlo.

Transcurridas entre 12 y 14 horas, todos se reunieron para ver qué podían hacer con el trozo de monumento, según la sentencia. Finalmente intentaron devolver la mano al día siguiente, domingo 22, depositándola en un contenedor amarillo de reciclaje de basuras situado en el número 53 de la calle de Calero Pita (distrito de Puente de Vallecas). Poco después, los jóvenes aseguran que telefonearon a la policía para comunicarles dónde lo habían dejado. Aunque no hay constancia de esta llamada y la mano sustraída de la Cibeles nunca apareció, el juez cree probada la intención de los imputados de devolverla: por la llamada que hicieron al día siguiente, y de la que sí quedó constancia, a un diario, y por la colaboración que todos ellos prestaron a la policía, ya detenidos, en la búsqueda del objeto.

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No fue una chiquillada

El magistrado David Cubero hace constar en la sentencia que no considera los hechos, en ningún caso, una "chiquillada", como calificó uno de los seis abogados defensores. Se trata, por el contrario, de un atentado contra un "monumento emblemático de Madrid" cometido por un adulto "de 22 años" que además resulta ser un universitario, en quien, por su formación, "menos estaría justificada una acción de este tipo", afirma.

Por otra parte, la acusación popular ejercida por el Colectivo Cultural Utópicos Unidos no descarta recurrir esta sentencia, que aún no es firme, pues cree que en ella no se "hace justicia a los madrileños".

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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