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Mohamed VI propone cambios en la educación islámica en las escuelas

El rey marroquí quiere abortar el extremismo

El rey Mohamed VI anunció ayer una estrategia para "renovar el ámbito religioso con la intención de proteger a Marruecos de las veleidades del extremismo y del terrorismo y preservar su identidad que lleva el sello de la ponderación, moderación y tolerancia".

El monarca alauí dirigió un discurso al Consejo Superior de Ulemas y a los integrantes de los recién creados consejos provinciales de teólogos islámicos en el que recordó su papel constitucional de comendador de los creyentes, descendiente del profeta.

Como máxima autoridad religiosa su función consiste, afirmó, en poner a los marroquíes a salvo "de todas las herejías y de todos los males provocados por los sectarios (...) que se han colocado al margen del consenso de la comunidad" islámica.

El soberano se reafirma comendador de los creyentes días después de que algunas voces, como el diputado islamista moderado Mustafá Ramid, pusieran en duda la conveniencia de que siga desempeñando esa función. Justicia y Caridad, el principal movimiento islamista, ilegal pero tolerado, no reconoce el carácter sagrado del rey.

Mohamed VI invitó a los ulemas a proponerles fatwas (edictos islámicos), que él promulgará, para "acabar con los que fomentan disturbios y siembran cizaña". El rey se coloca así en primera fila en la lucha contra el extremismo.

El grueso de la intervención real estuvo dedicada a recordar la reestructuración, dada a conocer en febrero, del Ministerio de Asuntos Religiosos, cuyo principal objetivo consiste en retomar el control de ese tercio de las 35.000 mezquitas, erigidas por particulares y que están en manos de musulmanes radicales.

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El soberano confirmó también haber dado instrucciones al Gobierno para que "racionalice, modernice y unifique la educación islámica", con el propósito de evitar formar "mentes obtusas y escleróticas y favorecer, al contrario, la apertura sobre otras culturas".

Todo esto debería contribuir a, según Mohamed VI, a "enderezar la imagen del islam, dañada y pervertida [en Occidente] por campañas furibundas con las que se reacciona al extremismo de los malvados desequilibrados y al terrorismo ciego perpetrado por agresores que carecen de patria y religión".

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