Schröder se compromete con Zapatero a integrar a España en el eje París-Berlín
El presidente del Gobierno agradece el papel de Francia y Alemania como "motor" de la UE
El canciller alemán, Gerhard Schröder, correspondió ayer a la voluntad política de José Luis Rodríguez Zapatero de devolver a España al corazón de la construcción europea con la promesa de integrar a España en el eje fundamental de la UE, formado por Francia y Alemania. Schröder dijo, por ejemplo, que París y Berlín celebrarán cumbres con Madrid, como las han tenido con Londres, "si se dan las circunstancias". El presidente del Gobierno no escatimó elogios ni agradecimientos al papel que esos dos países juegan como impulsores de la Unión Europea.
Zapatero inició a las 19.15 de ayer una entrevista con Schröder que marca, subrayó, su primera visita a un país europeo tras asumir la presidencia y expresa, añadió, "la voluntad de significar que el nuevo Gobierno español quiere que el avance de la UE sea fundamental en sus tareas políticas". "Yo comparecí ante los españoles con una opción europeísta. Esa opción representa el reconocimiento a lo que suponen Francia y Alemania como motores de la Unión y nuestra voluntad de estar cerca. Para mí, no hay vieja y nueva Europa sino sólo una Europa unida", añadió el presidente, en rueda de prensa.
No escatimó elogios ni agradecimientos para subrayar este giro fundamental con respecto a la política de José María Aznar, que él mismo ha descrito como de retorno a Europa. "Los españoles estamos muy agradecidos a la actitud que Alemania ha tenido siempre hacia nuestro país, por su apoyo a la transición democrática y, en estos últimos años, porque ha puesto en marcha una Europa con cohesión social que ha permitido muchos desarrollo en España", precisó. "A ello ha contribuido mucho Alemania, los alemanes, sus cancilleres, y también el canciller Schröder", insistió, como si quisiera enterrar en el olvido los reproches que éste cruzó con Aznar, cuando éste se vanagloriaba de un déficit cero que los alemanes atribuían en buena parte a sus ayudas.
Schröder también elogió el cambio político que ha supuesto el resultado de las elecciones del 14 de marzo. "El nuevo Gobierno español parece crear una nueva dinámica para la integración europea, y lo hemos acogido con mucha satisfacción", subrayó. "Le he comentado a Chirac que España se puede integrar en la formulación de iniciativas europeas en el futuro. Lo he hablado ya con Chirac, y creo que no va a ser un problema. Siempre que se pueda avanzar con tres o cuatro socios, lo vamos a hacer", prosiguió. Y añadió que "es perfectamente posible que haya una cumbre tripartita con España, como la que tuvimos con Gran Bretaña. No hay problemas para que eso ocurra, si se dan la circunstancias".
Buena sintonía
La música que sonó ayer en la sede de la cancillería federal es, pues, muy parecida a la que el presidente del Gobierno español buscaba. No quiere decir que el eje París-Berlín vaya a dejar de serlo, porque, como un portavoz del Gobierno alemán se encargó de puntualizar por la mañana, la relación entre Francia y Alemania "es única, por motivos históricas". Pero sí que España tendrá el lugar destacado en el avance de Europa que Zapatero busca.
El cambio se traduce, de momento, en un nuevo tono de las relaciones y en proyectos de cooperación en dos áreas concretas: el proyecto de Constitución de la UE e Irak. Por lo que atañe al tono, Zapatero se permitió alguna broma acerca de la actitud diferente a la de Aznar que va a mantener en las negociaciones, distanciándose de la tendencia del anterior presidente a bloquear las cosas. Y el canciller puntualizó: "Se ha visto bien en la reciente negociación sobre agricultura que el Gobierno español defiende muy bien sus intereses, pero no sólo dice no, sino también, a veces, sí".
Con respecto a la Constitución, y en concreto al sistema de votación en el Consejo, Zapatero afirmó que se está "más cerca de llegar a un entendimiento". Schröder constató "con satisfacción" que España no tiene ya problemas para aceptar el sistema de doble mayoría, pero afirmó que el acuerdo final debe ser negociado con la presidencia irlandesa.
Ambas partes están de acuerdo en que el texto fundamental debe ser aprobado antes de que, en junio, concluya la presidencia irlandesa, pero fuentes gubernamentales españolas indican que, para la posición española, es un tanto indiferente que eso ocurra antes de las elecciones europeas del 13 de junio, como parece querer Francia, o después. Zapatero tratará hoy ese tema en París con el presidente francés, Jacques Chirac.
Según las mismas fuentes, el Gobierno español tampoco se empeña en que el acto de firma de la Constitución se celebre en Madrid, como homenaje a las víctimas del 11-M, según aprobó el Parlamento Europeo, o en Roma. El Gobierno italiano insiste en que se respete su aspiración primigenia a que el tratado constitucional lleve el nombre de su capital, y Zapatero no quiere problemas por ese motivo.
Resolución sobre Irak
En relación con Irak, tanto el presidente del Gobierno como su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, insistieron en que no hay ninguna propuesta ni iniciativa española, más allá de los primeros contactos, que se realizan estos días, para lograr un consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU en torno a una resolución que contribuya a estabilizar la situación.
Zapatero reiteró que "la voluntad del Gobierno es no participar en el terreno militar, sino en la cooperación política con Irak" y que para ello se coordinará con Alemania, Francia y Estados Unidos. Schröder, como su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, estimó oportuna esa coordinación de los tres miembros europeos del actual Consejo de Seguridad y precisó que la tarea fundamental de la resolución que se prepara debe ser respaldar el plan de paz de Lajdar Brahimi, el enviado especial del secretario general Kofi Annan para Irak, y sus propuestas de iniciativas y calendarios para garantizar la más pronta transferencia de soberanía a los iraquíes.
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