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Muammar el Gaddafi pide a Occidente que no repita los errores del colonialismo

El líder libio normaliza las relaciones con la UE y se integra en el diálogo euromediterráneo

"Espero que Occidente y que Europa hayan aprendido, que no repitan los errores del periodo colonialista", declaró ayer tarde en Bruselas Muammar el Gaddafi. Fue el día de gloria fuera de su país del líder libio, acusado hasta hace un minuto de propiciar el terrorismo y al que ahora EE UU y la UE saludan por el interés geoestratégico y comercial del país norteafricano que gobierna autoritariamente desde hace 35 años. El coronel viajó a la capital comunitaria con su jaima de beduino, su guardia pretoriana femenina, su limusina blanca y con todos los caprichos propios de un dictador.

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Una jaima en medio de Bruselas

Fue su primera visita oficial a Bruselas, y a la Unión, para abrazar a su "amigo y hermano, Romano Prodi", el presidente de la Comisión Europea, su gran valedor en la normalización de relaciones con la Europa ampliada. Gaddafi anunció que Libia quiere incorporarse al diálogo euromediterráneo, instaurado en 1995 en el llamado Proceso de Barcelona, en el que están todos los países árabes de la cuenca sur del Mediterráneo, además de Israel. Sin embargo, no vino a Bruselas con una carta firmada de su puño y letra, pese a que así lo prometieron sus colaboradores, en la que acepta el acervo de ese foro. Es decir, la economía de mercado, el respeto de los derechos humanos y la seguridad de la zona e, implícitamente, el reconocimiento del Estado de Israel.

Prodi restó importancia a esta circunstancia y afirmó en una charla con un grupo de periodistas que Libia solicitará la integración en el foro en las próximas semanas. "Precisamente le he regalado una pluma, junto a una moneda de euro, para que firme el texto", afirmó. El dirigente libio no tiene intención de incluir nuevos añadidos al espíritu de ese foro, pero desea subrayar que para Libia es fundamental ante todo destacar su papel de liderazgo en África. Trípoli reconoce en privado que el Proceso de Barcelona no está entre sus grandes prioridades, pero quiere estar dentro porque le reportará beneficios.

Su visita a la sede del Ejecutivo comunitario concluía a primera hora de la tarde con dos declaraciones un punto descompensadas: Prodi, en inglés, unos tres minutos; Gaddafi, tres cuartos de hora, en árabe, ayudado de su intérprete oficial. El coronel hacía caso omiso a uno de sus asesores que trataba discretamente de mostrarle el reloj para indicarle que debía trasladarse a la jaima, la tienda beduina, para recibir allí al Alto Representante de la UE, Javier Solana.

Algunas de sus frases pueden suscitar la duda sobre el grado de sinceridad del coronel cuando profesa ahora la batalla por la paz y contra el terrorismo: "Libia luchó en el pasado contra América. Derribamos a sus pilotos, a sus aviones militares. Fuimos acusados de terrorismo por defender movimientos de liberación nacional, por apoyar a gentes como [Nelson] Mandela. El tiempo ha cambiado y nos ha reportado frutos. Hoy luchamos por la paz y la estabilidad mundiales y somos un ejemplo de ello con el anuncio de eliminar nuestras armas de destrucción masiva".

"Debo decir que he percibido una coincidencia absoluta en el análisis sobre el terrorismo internacional, y si me preguntan si apostaría que Libia no va a dar marcha atrás sobre ello desde luego que lo haría", comentó anoche Prodi. "Tenemos los mismos enemigos, las mismas amenazas", declaraba antes ante la prensa Gaddafi.

Muammar el Gaddafi (izquierda) y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en Bruselas.
Muammar el Gaddafi (izquierda) y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en Bruselas.EFE

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