Peter Sehr convierte a Adrien Brody en un amante adictivo
'Amar al límite' narra la vida de un enigmático buscavidas
Inspirada en una novela china, Amar al límite narra una historia de amor loco y destructivo. Dirigida por el alemán Peter Sehr, el guión interesó al actor Adrien Brody por una razón sencilla: el personaje de un buscavidas que parece no encajar en ningún lugar le recordaba a sí mismo. La película, que hoy se estrena en España, participó en el festival de Sundance de 2001.
"Adrien quiso hacer la película desde el principio", cuenta el director, "porque creció en Queens y porque se identificaba con el personaje. Él suele bromear y decir que cuando tenía 17 años se preguntaba si sería actor o criminal".
Brody interpreta a Jack, un joven delincuente que oculta sus ambiciones literarias detrás de una chaqueta de serpiente, que escribe a escondidas de todos historias inspiradas en su propia experiencia mientras se dedica a timar a hombres de negocios con la ayuda de dos amigas actrices que se hacen pasar por prostitutas. Brody es un irresistible monstruo. Atractivo, inquietante y chulo, parece no temer por nada ni por nadie. Hasta que conoce a una estudiante de química (Charlotte Ayanna) que se enamora locamente de él, iniciando una relación adictiva, masoquista y destructiva.
"Adrien supo que sería 'El pianista' durante el rodaje de esta película"
Jack es un joven delincuente que oculta sus ambiciones literarias
"Él está enamorado pero es un hombre que teme sus emociones, que ha construido un muro alrededor de su alma, que piensa que comprometerse es una pérdida de libertad y no lo contrario, que sufre una enfermedad muy común en los hombres cuando están madurando", explica el director.
"Él es un chico del South Bronx, donde lo peor que puede confesar alguien es que le gusta leer", continúa Sehr sobre el personaje. "Ella no encaja en ese mundo y él lo sabe. Yo me identifico con ella, soy físico y durante mucho tiempo pensé que todo se puede explicar racionalmente. Ella piensa que puede entenderlo todo y ése es su error. Al final aprende de su peligroso lado irracional".
"Adrien supo que interpretaría El pianista durante el rodaje de esta película. Estaba muy preocupado porque sabía que los productores querían una estrella. Polanski le impuso y por eso la responsabilidad fue muy grande para él", asegura Peter Sehr.
Con diálogos de Barry Gifford, la historia de Amar al límite nació en París, cuando el director encontró en una librería una novela china que se vendía en un saldo. "Tenía 80 páginas y contaba una historia que ocurría en Pekín. Compré los derechos nada más leerla. Desde el principio se planteó el problema de la ambientación. La película no podía ocurrir ni en París, ni en Múnich, ni en Londres, no hubieran sido creíbles esos estilos de vida tan mezclados. Al final pensamos en Nueva York, es una ciudad que tiene la filosofía de vida y el caos que necesitaba la historia. El personaje de él estaba muy definido en el libro, pero el de ella no tanto, así que nos dedicamos a trabajar más en ella".
Según Sehr, la financiación de la película fue relativamente sencilla. Su coste fue de siete millones y medio de dólares ("barato para una producción americana") y los países involucrados, Estados Unidos, Alemania y Nueva Zelanda. "El rodaje", continúa el director, "se complicó nada más empezar. Coincidió con la huelga de actores que hubo en Estados Unidos ese año y que todos los actores siguieron. Tres años antes de empezar el rodaje yo ya había localizado a Adrien Brody y tenía claro que quería que fuera el protagonista. Pero al empezar la huelga ningún actor se comprometía a firmar un contrato. El rodaje se retrasó".
"La película tiene un aire inequívocamente americano, no sólo por los diálogos de Barry Gifford, sino también por cómo Adrien y Joan Seda fueron trabajando sus personajes y sus frases. Para Adrien no fue un rodaje fácil. Es un actor para el que el mundo se para cuando él empieza a rodar. Él se encontraba por un lado con la presión de poder ser El pianista y por otro con un personaje que le recordaba demasiado a él".
Babelia
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