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Reportaje:

Cruzada contra las malas artes marinas

La organización ecologista Oceana se reúne en Hondarribia con pescadores del Cantábrico para luchar contra la pesca destructiva

Mikel Ormazabal

En Hondarribia (Guipúzcoa) se descargaron ayer 49,5 toneladas de anchoa. "Buena captura", celebró Igor Kanpandegi, el encargado de la báscula de la Cofradía de Pescadores. Son casi 300.000 euros en una sola jornada, un buen pellizco para los pescadores, pero éstos no están para muchas celebraciones. Las pesquerías del Atlántico norte están en una situación crítica, "al borde del colapso". Lo dicen, a modo de advertencia muy seria, tanto la comunidad científica como las organizaciones ecologistas. Ha llegado el momento de hacer un frente común para luchar contra las técnicas de pesca destructivas, contra los efectos devastadores del arrastre pelágico y de fondo.

Había una veintena de barcos atracados en el puerto hondarribitarra, en plena actividad de descarga, cuando a media mañana llegó una nutrida representación de la fundación internacional Oceana, creada en 2001 para la investigación y protección de los mares. Sus responsables vinieron para entrevistarse con representantes de los pescadores de Asturias, Cantabria y el País Vasco, a quienes consideran "los más respetuosos con los ecosistemas marinos". La reunión tuvo un motivo central: establecer una cruzada conjunta contra "la acción sobreexplotadora de los barcos arrastreros".

Esta técnica de pesca, consistente en lanzar grandes redes con forma de bolsa (cazamariposas) que capturan todas las especies que encuentran a su paso, "está poniendo en riesgo la superviviencia de especies comerciales como la merluza, el rape, el bacalao o la cigala", advierte Xavier Pastor, director de Oceana en Europa, además de otros pescados como "la anchoa, el bonito y el verdel, que suponen una parte fundamental de la actividad de la flota de bajura del Cantábrico, formada por unos 10.000 pescadores".

Está en juego el futuro de la pesca tradicional y la viabilidad ecológica del medio marino. Llevado por esta preocupación, el actor estadounidense Ted Danson, protagonista de la conocida serie televisiva Cheers, miembro de la junta directiva de Oceana y destacado activista medioambiental, se lanzó a mar abierto ayer en Hondarribia para comprobar de primera mano cómo faenan los arrantzales (pescadores), a quienes expresó su deseo de que "desaparezcan los métodos abusivos de pesca" en aras de "garantizar que las próximas generaciones de pescadores tengan dónde y qué pescar". Por la mañana departió con un grupo de rederas; al mediodía dio cuenta de unas sabrosas anchoas, y por la tarde embarcó en un pesquero para observar cómo se pesca a cebo vivo y con la cacea. "La próxima vez que pida pescado en un restaurante sabré valorar mejor el esfuerzo de los pescadores", dijo.

Sin separarse de él, el presidente de los pescadores guipuzcoanos, Esteban Olaizola, aprovechó para reclamar a Oceana que ejerza su "influencia ante los organismos internacionales para que desaparezcan los arrastreros". Esta organización con colaboradores en 150 países, que ha establecido su sede europea en Madrid, es el altavoz internacional perfecto para los profesionales de la mar. En las últimas tres décadas, explicó Ricardo Aguilar, responsable de Investigaciones y Proyectos de Oceana, la flota de arrastreros que faena en el Golfo de Vizcaya ha pasado de cero a cien, mientras que ha descendido de 600 a la mitad el número de barcos que emplea artes sostenibles de pesca. Oceana y los pescadores se han conjurado para invertir esta tendencia y, para ello, consensuaron emprender una "acción conjunta" para erradicar el arrastre pelágico en las zonas donde existan métodos de pesca más selectivos, como en el norte de España.

El actor Ted Danson, junto a otros miembros de la organización ecologista Oceana, en Hondarribia.
El actor Ted Danson, junto a otros miembros de la organización ecologista Oceana, en Hondarribia.JAVIER HERNÁNDEZ

Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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