Juan Navarro Baldeweg monta una instalación con 'piezas de equilibrio'
El pintor y arquitecto expone esculturas como formas de energía
"Me gusta hacer". Una de las pruebas del hacer del pintor, arquitecto y escultor Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) es la exposición de esculturas que presenta esta tarde en la galería Marlborough, de Madrid (www.galeriamarlborough.com, Orfila, 5, hasta el 22 de mayo). Son "piezas de equilibrio" desde los años setenta y otras más recientes, instaladas junto a obras que el artista denomina "de luz" y "de mano".
Una mesa de 10 metros, formada con vigas de madera de puentes americanos, situada en el centro de la galería, contiene medio centenar de esculturas desde los años setenta. Son piezas de gravedad, figuras de luz y figuras de mano que Juan Navarro Baldeweg ha creado a partir de estudios sobre las fuerzas de gravedad y el equilibrio entre el reposo y el movimiento.
"Son obras que comencé haciendo como una investigación, sin la pose de ser escultor, piezas basadas en principios que se repiten", declaró ayer el artista. "Son piezas de equilibro, que antes llamaba de gravedad, donde hay una manipulación de la luz próxima a la arquitectura y otras de mano, expresiones gestuales en el espacio". Junto a ellas aparecen dispersas otras piezas de madera, "cortadas, muy directas, en su estado natural", ventanas colgadas de acero y aluminio, para colgar sobre el suelo, y unos biombos triangulares en homenaje al artista japonés Kôetsu. "Estas piezas están en la tradición de las esculturas de equilibrio, que hacía Calder o Richard Serra en sus principios, y tienen contactos con otras artes. Tienen su forma de dominar el espacio y un contenido basado en algo enormemente constituyente de la escultura, como la expresividad y sorpresa. Piezas sencillas, como un juego, que se asocian al minimalismo, pero con un entendimiento que las trasciende, más allá de las obras". El historiador Ángel González García dice en su texto del catálogo que son "juguetes equilibristas".
Las piezas están hechas con materiales industriales, como ruedas, aros, pesos, cajas, alambres, con unas composiciones que juegan con equilibrios para "producir emoción, una forma de energía y algo orgánico". Algunas de ellas están muy próximas a la arquitectura y aparecen como maquetas que después aplica a los proyectos, sobre el manejo de la luz en el espacio. El artista utiliza la diferencia de alturas de la sala para permitir una visión en movimiento de las piezas de la mesa y en distintos lugares las de madera, fabricadas en el taller de los maquetistas Juan de Dios Hernández y Jesús del Rey.
"He tenido conciencia de establecer un lugar complejo, y que tuviera de todo a mi alrededor. Me gusta hacer, y hacer continuamente, trabajando con la materia y llenar el espacio complementario, un territorio circular con signos activados en cada manifestación", declara el artista.
Navarro Baldeweg ha sido invitado a la Bienal de Arquitectura de Venecia para presentar en septiembre en el pabellón internacional sus proyectos del palacio de la música de Vitoria, un edificio en la Universidad Pompeu Fabra y la rehabilitación de un molino de Córdoba para museo hidráulico y un mirador sobre el río.
Babelia
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