Bono controlará el servicio secreto a través de su consejero de Industria
José Alberto Saiz Cortés sustituirá a Jorge Dezcallar al frente del CNI
El futuro ministro de Defensa, José Bono, ha llegado a un acuerdo con el nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para asumir personalmente el control directo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), según fuentes socialistas. Para dirigir el servicio secreto, Bono ha elegido a un hombre de su máxima confianza, José Alberto Saiz Cortés, hasta ahora consejero de Industria y Trabajo de Castilla-La Mancha.
La elección de Alberto Saiz como secretario de Estado del CNI, adelantada ayer por el diario Abc, causó sorpresa en el servicio secreto y en el propio PSOE, ya que la noticia no era conocida por algunos de los más cercanos colaboradores de Zapatero y tampoco por el actual director del servicio secreto, Jorge Dezcallar. Ni siquiera estaba previsto que su sustitución formara parte de los primeros nombramientos del nuevo Gobierno, aunque fuentes socialistas admitieron que la filtración del nombre del sucesor obligará a precipitarla.
La decisión se fraguó en una entrevista entre Bono y Zapatero, en la que el primero le planteó su propósito de implicarse personalmente en el control y dirección del centro de inteligencia. Esta función la realizará el nuevo ministro a través de una persona de su máxima confianza y bajo su tutela directa. Saiz Cortés, nacido en Cuenca en 1956, es ingeniero de Montes y ha desarrollado su carrera en la Junta de Castilla-La Mancha, desde 1995 como director de Medio Ambiente y, desde julio de 2003, como consejero de Industria y Trabajo, cargo desde el que medió en el conflicto por el grave accidente de la refinería de Repsol de Puertollano de agosto pasado.
La decisión de dejar en manos de Bono el control del CNI tiene un gran calado ya que, aunque el centro está adscrito orgánicamente al Ministerio de Defensa, el principal receptor de su información será Zapatero. Su actual director despacha regularmente con el presidente del Gobierno y también con el jefe del Estado.
Militares y diplomáticos
Hasta el nombramiento de Dezcallar, en junio de 2001, todos los directores del servicio secreto habían sido militares. En la elección de este último pesó su condición de diplomático, lo que le daba un perfil de servidor del Estado al margen de los partidos. La ley del CNI, pactada entre PP y PSOE en el año 2002, le otorgaba un mandato de cinco años, superior a la legislatura, aunque dejaba en manos del Gobierno la posibilidad de sustituirlo en cualquier momento.
Según dicha norma, Dezcallar podría haber seguido en el cargo hasta mayo de 2007, pero una serie de episodios le han puesto en la picota en los últimos meses.
El primero fue la utilización por el PP, en vísperas de la campaña electoral, de la información del CNI sobre la entrevista entre Carod y ETA. El último, la decisión de José María Aznar de desclasificar un informe del CNI sobre el 11-M que daba por "casi segura" la autoría de ETA.
Fuentes del PP evitaron ayer comentar la designación de Saiz, pero recordaron que el nombre de Dezcallar fue consultado con el PSOE como primer partido de la oposición y que Zapatero recibía algunos informes del CNI.
Por otra parte, fuentes próximas al futuro ministro indicaron que Bono tiene el propósito de visitar a las tropas españolas en Irak, pero que no lo hará el próximo miércoles 21, cuando se producirá el relevo del mando de la Brigada Plus Ultra, sino en próximas semanas.
Entre los próximos nombramientos está también el de Francisco Peña como director general del Instituto Nacional de Administraciones Públicas (INAP), informa Luis R. Aizpeolea.
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