Río castastrófico

Un informe del Ayuntamiento de Madrid ha demostrado que la mayoría de los madrileños estaban equivocados: cada vez que llueve en la capital de España, las alcantarillas, los parques, las depuradoras, las zonas protegidas ambientalmente y el propio río Manzanares no se limpian, sino al contrario, se ensucian y se produce una "catástrofe ambiental". Todo el sistema de depuración de aguas de Madrid, el mismo que llevan pagando desde principios de los ochenta los residentes en la capital en cada recibo del agua (van invertidos más de 300 millones de euros), es un desastre. Las aguas residuales de más de dos millones de residentes en el centro y sur de la capital se vierten directamente en el Manzanares, sin ningún tipo de depuración previa, porque los colectores están atascados por la basura acumulada. Por eso, el informe es concluyente: por cada litro de agua limpia que corre por el río, otro litro de aguas sucias y contaminadas discurre a su lado. La legislación europea exige que la proporción sea, como máximo, de un litro de agua residual por siete de limpia.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cree que este problema -que desconocían, según el informe, las autoridades medioambientales españolas y europeas- tiene solución. Ésta pasaría por soterrar la M-30, la gran autovía de circunvalación de la ciudad, que discurre en paralelo al contaminado río. El informe sostiene que al enterrar la vía se podría aprovechar para arreglar todo el sistema de depuración y alcantarillado de Madrid. Puede ser, pero el estudio olvida mencionar que al proyecto de soterramiento -que costará 1.700 millones y al que se oponen PSOE e IU- le falta el visto bueno de Medio Ambiente, a cuyo frente estará una ministra socialista. Antes de decidir, conviene estudiar si hay otras soluciones, a ser posible más baratas, para evitar que los impuestos de los madrileños terminen yéndose por el desagüe.