El 'memo' a Bush
Bush se asentó como presidente con el 11-S. Pero la desclasificación -sin precedentes en el caso de un presidente en activo- de un memorádum secreto de inteligencia titulado "Bin Laden, decidido a atentar en EE UU", fechado el 6 de agosto de 2001, viene a sembrar una imagen de incompetencia que estos días se ve reforzada por la degradación de la situación en Irak. Las señales del atentado de aquel día fatídico estaban ahí. La Administración no supo verlas. El memo, elaborado un mes antes del ataque contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, se puede volver contra Bush.
El informe de folio y medio dirigido al presidente afirmaba que Bin Laden quería al menos desde 1997 trasladar su lucha "a América", que Al Qaeda preparaba sus operaciones con años de anticipación y que los ataques de 1998 contra las embajadas de EE UU en Nairobi y Dar el Salam empezaron a prepararse al menos en 1993. Ya en 1998, tres años antes del 11-S, los servicios de información detectaron ruidos de que Bin Laden quería secuestrar un avión estadounidense, y después, en 2001, preparar ataques de este tipo o con explosivos en EE UU. Entonces la CIA y el FBI reconocían tener abiertas 70 líneas de investigación relacionadas con Bin Laden.
El contenido general del memorándum era bastante conocido desde hace tiempo. La consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, se refirió a él en su comparecencia el pasado jueves ante la Comisión del Congreso sobre el 11-S. Sospechosamente, la desclasificación del documento hasta entonces secreto llegó el sábado, víspera de dos días festivos de Pascua. Vino acompañado de una nota explicativa según la cual el hecho de que Bin Laden quisiera organizar un ataque era bastante conocido. Todos estos retazos de datos van a llevar a más preguntas que respuestas sobre la forma de trabajar de la CIA y del FBI -cuyos responsables comenzarán a declarar hoy ante la Comisión-, de la Administración y del propio presidente, que el 6 de agosto, ante este folio espeso y cargado, prefirió seguir sus vacaciones tejanas como si nada. Para Bush, el informe no era lo suficientemente "específico" y se hizo "lo que se pudo". No parece que Bush, que ocupa el puesto de mayor poder del planeta, pueda escapar a las preguntas sobre su actuación antes del 11-S (y después), que le perseguirán, si no las aclara, al menos hasta las elecciones de noviembre. Este tema ha entrado ya de lleno en la campaña.
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