Dinero para una joya del barroco
Las obras en la iglesia de San Andrés entran en su última fase, la rehabilitación de las fachadas, y culminarán en 2009
Una de las cinco iglesias barrocas de Madrid, la de San Andrés, recobrará pronto esplendores pasados tras varios años de rehabilitación. La próxima fase de las obras tendrá lugar en los próximos meses de 2004: la restauración de la fachada de la portada menor de levante. A ésta le seguirá el resto de fachadas en los siguientes cuatro años. El Consistorio acomete cada curso, con financiación de la Fundación Caja Madrid, una fase de estos arreglos que, sumados a los realizados por el Gobierno regional, han mejorado ya el interior, la cúpula, la torre del campanario y parte de la anexa Capilla del Obispo.
El valioso conjunto formado por la iglesia real de San Andrés y la Capilla del Obispo, construido entre los siglos XV y XVII en lo que fue el barrio de la Morería, entre las plazas de la Paja y los Carros (Centro), no guarda ya casi ningún secreto para el arquitecto vasco de 60 años Javier Vellés, que hace 14 años acometió la primera obra de rehabilitación.
En 1535, Gutierre de Vargas y Carvajal, obispo de Plasencia, mandó edificar la anexa Capilla del Obispo
Pasito a pasito, uno de los monumentos más importantes de Madrid ha ido recuperando el aspecto que perdió en 1936 -cuando fue incendiado- gracias, según Vellés, a los esfuerzos de quien ha sido su párroco desde 1985, Lorenzo Rodríguez. Restaurados ya el interior, la torre, el tejado, las cubiertas y las portadas mayores de levante y de poniente (esta última terminada hace apenas unos días), el siguiente paso son las fachadas.
En 1994, la Comunidad de Madrid pidió a Vellés Arquitectos un plan director para la restauración completa de todo el conjunto arquitectónico. Los resultados ya se pueden contemplar dentro y fuera de la iglesia. Al principio, la Comunidad fue aportando el dinero para las obras de mayor calado y, más tarde, a mediados de los años noventa, se le unió el Ayuntamiento de Madrid con obras más pequeñas. La próxima, a lo largo de 2004, "ya será un poco mayor, con un presupuesto de entre 360.000 y 480.000 euros", afirma Vellés. La fachada que en la actualidad da acceso a la iglesia -la antigua antecapilla, la de la portada menor de levante- será el objeto de estas mejoras.
El Ayuntamiento, que ejecuta estas obras a través de la Empresa Municipal de la Vivienda, incluye entre sus proyectos para 2004 esta nueva rehabilitación. Pero el dinero para hacerlo lo pone la Fundación Caja Madrid, y aún no se ha firmado el convenio de colaboración con el que arrancan definitivamente los trabajos. El año próximo se iniciará la rehabilitación de la fachada de la portada mayor de levante y, en años sucesivos, las tres fachadas de poniente. "En cinco años habremos completado toda la fachada", dice Vellés.
El conjunto se completa con la Capilla del Obispo, que toma el nombre de Gutierre de Vargas y Carvajal, obispo de Plasencia, quien mandó edificar la iglesia en 1535. El templo, monumento nacional desde 1931, permanece cerrado al público desde hace 25 años, con un pequeño paréntesis para una exposición celebrada en 1999. Entonces se volvió a convertir en claustro lo que era un salón de actos construido en el XIX: se derribó la cubierta y se hizo un nuevo forjado, se plantó un jardín y se repararon los sótanos. Todo eso le costó a la Comunidad de Madrid 180.000 euros.
Con esto, más la recuperación de la portada que da a la plaza de la Paja, llevada a cabo por el Consistorio en 1998, ahora "queda el empujón final para terminar de arreglar todo el conjunto de la Capilla del Obispo", explica Vellés. "Es una auténtica joya". El arquitecto habla del retablo y de los tres cenotafios de alabastro -del obispo y de sus padres- que la capilla guarda en su interior. "Son obras cumbre del Renacimiento", realizadas entre 1550 y 1552 por Francisco Giralte, discípulo de Berruguete. "Vienen continuamente turistas, muchos de ellos japoneses, que se acercan expresamente a visitar la capilla, pero no la pueden ver porque aún no están terminados los arreglos", cuenta.
El Gobierno regional dio el visto bueno hace varios años al proyecto de rehabilitación definitiva de la Capilla del Obispo, que supondría una inversión de 1.800.000 euros y dos años de trabajo. Se trata de una fuerte inversión, quizá demasiado para que el Ejecutivo de la Comunidad la acometa solo. Aquí entra en escena el Ministerio de Fomento, que ha de destinar el 1% de sus inversiones a bienes culturales. Según Vellés, la colaboración de ambas instituciones hará posible el proyecto dentro de muy poco tiempo.
800 años de historia madrileña
Los muros de la iglesia de San Andrés y la Capilla del Obispo han visto pasar y han padecido las vicisitudes de la historia de Madrid a lo largo de los siglos.
La primitiva iglesia de San Andrés se remonta al siglo XII, junto a la antigua puerta de Moros de la muralla que rodeaba la ciudad. Allí vivió y más tarde fue enterrado el patrón de Madrid, san Isidro Labrador.
A finales del siglo XV, los Reyes Católicos, que no tenían residencia fija en Madrid, se alojaban en la casa de los Lasso de Castilla, contigua a la iglesia, con la que se comunicaba a través de un pasadizo elevado sobre la calle de la actual Costanilla de San Andrés.
Entre 1520 y 1535, el obispo de Plasencia, Gutierre de Vargas y Carvajal, construyó en un lateral, pegando con la plaza de la Paja, la Capilla del Obispo, uno de los mejores ejemplos del arte plateresco. Entre 1535 y 1544 albergó los restos de San Isidro, que fueron devueltos a la iglesia. En este periodo desapareció la cercana muralla de Madrid.
Tras la canonización de san Isidro y ya en pleno barroco, entre 1646 y 1669, se construyó una capilla en honor del santo. Era un brazo enorme que salía de la pequeña iglesia de San Andrés, contiguo a la actual plaza de los Carros. Tras dos siglos de obras menores, en 1925, la capilla de San Isidro es declarada monumento nacional y, en 1931, lo mismo ocurre con la del Obispo. Pero en 1936 la iglesia fue incendiada y reducida prácticamente a cenizas. La Capilla del Obispo no resultó afectada.
En 1966, la capilla barroca de San Isidro se convirtió, pobremente restaurada, en la actual iglesia de San Andrés, y la que había sido ésta fue derruida y convertida en la casa parroquial. Durante los años setenta y ochenta comenzaron tímidamente los trabajos de rehabilitación, que después ha continuado Javier Vellés.
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