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Entrevista:CARMEN AUDERA | Experta en salud pública de la Organización Mundial de la Salud

"Si las tabacaleras no tuvieran un negocio, el tabaquismo tendría los días contados"

Unos 1.300 millones de personas consumen tabaco en el mundo y cerca de cinco millones mueren cada año por enfermedades causadas por este hábito. La industria tabacalera dirige sus objetivos hacia los que todavía no fuman: los jóvenes, las mujeres y, en general, los habitantes de los países menos desarrollados. Con los patrones actuales de consumo, y si no se adoptan medidas, para el año 2020 el número de muertos se duplicará, y entre el 70% y el 80% de los fallecidos pertenecerán a los países en desarrollo. El Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se erige como una de las principales herramientas para combatir una de las epidemias más importante de los siglos XX y XXI.

"La mitad de los niños del mundo respiran aire contaminado con humo de tabaco"
"El precio del tabaco es el factor que más influye en el consumo a corto plazo"

"El tabaco mata pero es un negocio legal. Y si las industrias tabacaleras no tuvieran un negocio que mantener, la epidemia del tabaquismo tendría los días contados", sentencia Carmen Audera, experta en salud pública del programa de Iniciativa por un Mundo sin Tabaco de la OMS.

Para esta médico, que viajó a Madrid recientemente para participar en una jornada científica organizada por la Fundación Ciencias de la Salud, "la industria tabacalera es el cáncer del control del tabaco. Y si ya es difícil dejar de fumar, a ello se le suma la influencia económica, política y social de este negocio, que no tiene ningún escrúpulo para mantenerse. La industria tabacalera ha ocultado información sobre los efectos perjudiciales del tabaco, ha añadido otros productos adictivos para que la gente fume más, no ha querido desvelar todas las sustancias que contiene el tabaco, ha pagado a científicos para que pusieran en tela de juicio estudios que reflejaban los efectos nocivos del tabaco, ha financiado eventos políticos y programas sociales y dispone de excelentes expertos en comunicación que crean y mantienen la necesidad de fumar en todos los sectores y edades de la población. Sólo en 2002 las tres principales multinacionales de tabaco, Japan Tobacco, Philip Morris/Altria y British American Tobacco, vendieron tabaco por más de 121.000 millones de dólares".

Audera explica que el programa de Iniciativa por un mundo sin tabaco surgió en enero de 1988 para hacer frente a la epidemia del tabaquismo. "El logro de este departamento y en lo que hoy se centran todas las actividades del programa, es el Convenio Marco para el Control del Tabaco. Lo ha sido desde que se empezó a negociar, en 1999, hasta que se adoptó, en mayo de 2003, y ahora en el proceso de firma, ratificación y puesta en marcha", explica.

Esta experta subraya que el CMCT es el primer convenio en el que han participado los 192 países integrantes de la OMS y es la primera vez que esta institución ejerce su derecho constitucional para adoptar un tratado internacional. La pretensión de este convenio es proteger a la población de las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo, proporcionando un marco para las medidas de control de tabaco, que tendrán que aplicar los países que se adhieran al convenio, y reducir así de manera continua y sustancial la prevalencia del consumo y la exposición al humo por parte de los fumadores pasivos. A 25 de marzo de 2004, un centenar de países y la Unión Europea en bloque han firmado el convenio. Nueve (Fiji, India, Malta, Mongolia, Nueva Zelanda, Noruega, Seychelles, Sri Lanka y Palau), lo han ratificado. La OMS considera este resultado, 10 meses después de la adopción, un avance muy importante en la lucha contra el tabaquismo.

Audera explica que con la firma del CMCT (el periodo está abierto a la firma hasta junio de 2004), el país sólo se compromete a no boicotear o entorpecer el proceso del convenio y que con la ratificación, que exige trámite parlamentario, se adhiere al mismo. Los países que hayan firmado el convenio pueden ratificarlo en cualquier momento y los que no lo hayan firmado tendrán que adherirse en un solo paso. El tratado entrará en vigor 90 días después de que lo hayan ratificado un mínimo de 40 estados.

"De momento", indica, "el convenio es un manual, que sirve para movilizar fuerzas, para que todos los países tengan un objetivo y que vayan en la misma dirección. La función de la OMS es de iniciadora, de organizadora del proceso, es la que acude a los países para exponer una visión global del control del tabaquismo, proporciona una pequeña ayuda a aquellos países que no tengan medios o hace de secretaría y depositaria de las firmas y ratificaciones. Pero, sobre todo, lo que hay que entender es que, aunque la OMS tenga ese papel, el convenio estará integrado por los países que lo ratifiquen, y son ellos los que tienen que decidir qué medidas se van a adoptar o qué tipo de penalizaciones se van a imponer si los firmantes no cumplen".

Según Audera, "todas las medidas de este acuerdo, a diferencia de otras directrices para drogodependencias, en las que sí se intenta disminuir la oferta del producto, están destinadas a reducir la demanda, es decir, a conseguir que cada vez la gente quiera fumar menos". Y esto, a juicio de la especialista, se consigue educando sobre los efectos del tabaco, suprimiendo la publicidad, incrementando los precios, advirtiendo de los riesgos en las cajetillas y creando una masa crítica de no fumadores frente a los fumadores para luchar por su derecho a la salud.

"El precio es probablemente el factor que más influye en el consumo de tabaco a corto plazo, sobre todo en los jóvenes. Según un estudio canadiense realizado en 1991, en el que participaron jóvenes de entre 15 y 19 años, el consumo del tabaco se reduce a la mitad cuando se duplica el precio", señala.

Audera explica que en esta fase del convenio la OMS tiene un papel muy activo y que, además de las funciones principales, se está trabajando en numerosos frentes. Una de las actuaciones más recientes fue la redacción de un código de prácticas para el control del tabaco, como resultado de una reunión con las asociaciones de profesionales sanitarios. Dicho código se difundirá en las asociaciones y también se podrá acceder a él a través la página web www.who.int/tobacco.

El humo ambiental es otro de los temas que preocupan a esta experta, sobre todo en los centros de trabajo, bares, restaurantes y demás establecimientos públicos.. "Otro punto importante en el que estamos haciendo mucho hincapié", insiste, "son los programas educativos de los colegios, donde involucramos a niños, profesores y padres. Conviene recordar que unos 700 millones de niños, casi la mitad de toda la población infantil mundial, respiran aire contaminado con humo de tabaco, especialmente el de sus casas".

A su juicio, la epidemia del tabaco está cambiando y pasa de los países ricos a los pobres, de los hombres a las mujeres y afecta, sobre todo, a los más jóvenes. Audera confirma que España es uno de los países de Europa donde el tabaco está más barato y donde más se fuma, especialmente en las profesiones sanitarias y, dentro de ella, en la enfermería.

La experta concluye que para que el CMCT sea un éxito se necesita la voluntad política de los países que ratifiquen el convenio y además, "la colaboración de todos los sectores de la sociedad: ministerios de Sanidad, Economía, Asuntos Exteriores, Justicia, Educación y el conjunto de la sociedad civil, grupos de derechos humanos, grupos de consumidores, profesionales de la salud, profesores, asociaciones y empresas privadas".

Carmen Audera, en su reciente visita a Madrid.
Carmen Audera, en su reciente visita a Madrid.GORKA LEJARCEGI

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