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La OTAN acoge a siete países del antiguo bloque soviético en su mayor ampliación

Bush asegura que el terrorismo no logrará dividir a los miembros de la Alianza Atlántica

La Casa Blanca se convirtió ayer en el escenario perfecto para lo que muchos consideran una paradoja de la historia: el ingreso en la OTAN de siete países del antiguo bloque soviético. Los siete máximos representantes políticos de esos territorios entregaron ayer al presidente de EE UU, George W. Bush, sus documentos de admisión a la Alianza, el trámite que formalizaba su ingreso en la organización militar. Bajo la mirada reticente de Rusia, otros tres países de alto interés estratégico para EE UU (Albania, Croacia y Macedonia) esperan recibir a corto plazo una invitación de entrada.

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La OTAN pasó ayer de 19 a 26 miembros con el acceso formal de los últimos siete socios, la mayor ampliación de su historia: Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Lituania, Letonia y Rumania. Aunque la ceremonia diplomática celebrada ayer en la Casa Blanca marca formalmente el ingreso de estos gobiernos en la Alianza Atlántica, el próximo viernes habrá una segunda celebración en la sede central de la OTAN en Bruselas.

El presidente Bush recibió ayer a los primeros ministros de los siete países con un discurso en el que que señaló que la "Alianza hace frente a un nuevo enemigo, que causa la muerte de inocentes desde Nueva York a Madrid". "Los terroristas odian todo lo que representa nuestra alianza, desprecian nuestra libertad, quieren dividirnos, pero fracasarán", agregó.

Según Bush, los nuevos compañeros de la Alianza han sido testigos de "grandes crímenes del siglo pasado, y por eso van a aportar claridad moral a los propósitos de la Alianza". Sin perder la ocasión, añadió: "Entienden nuestra causa en Afganistán y en Irak".

La Casa Blanca no pudo evitar relacionar la ceremonia con sus intereses militares al agradecer que "estas democracias del centro y del este de Europa hayan actuado ya como aliados, con su solidaridad y sus acciones, en la guerra contra el terrorismo, y hayan ayudado a fortalecer la paz y la democracia en Afganistán y en Irak".

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Indudablemente, los 55 años de historia de la OTAN tenían ayer un punto de inflexión con el acceso a la organización de siete Estados que estuvieron sometidos durante décadas al influjo del comunismo contra el que se gestó la creación de la Alianza Atlántica, a la que acaban de acceder.

Es especialmente significativa la entrada de las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) que en su pasado reciente estaban integradas en la antigua URSS. Todos los nuevos socios interpretan, sin duda, su ingreso en la Alianza Atlántica como la ceremonia que confirma su transformación hacia la democracia y el libre mercado.

El Pentágono no esconde su interés estratégico por situarse de inmediato en alguno de los nuevos territorios. En particular, Rumania y Bulgaria poseen bases militares a las que EE UU desea acceder de manera inmediata. Ambos países son los que han mostrado mayor entusiasmo por entrar en la OTAN.

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