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Rusia quiere una limitación de armas en los nuevos socios

Pilar Bonet

Rusia reaccionó ayer ante la ampliación de la OTAN reiterando su insatisfacción por las reticencias de cuatro de los nuevos miembros de la Alianza Atlántica a sumarse al Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa (FCE). Estonia, Letonia, Lituania y Eslovenia, los Estados criticados ayer por los representantes rusos, no eran independientes en 1990 cuando se firmó el Tratado FCE, pero sí en 1999, cuando se suscribió en Estambul una adaptación de aquel acuerdo que tenía en cuenta los grandes cambios ocurridos en el continente en la década de los noventa y la desaparición del Pacto de Varsovia.

Moscú intentará que los Estados Bálticos y Eslovenia se incorporen rápidamente al acuerdo adaptado de FCE, según manifestó Alexandr Yakovenko, el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso. "No vemos alternativa a la entrada en vigor de este documento", dijo Yakovenko, recordando que en estos países no están vigentes las limitaciones de armamentos convencionales del FCE.

"La actual ampliación de la OTAN se caracteriza por el ingreso en la Alianza de los países del Báltico cuando aún no se ha solucionado un conjunto de problemas en su relación con Rusia", agregó Yakovenko. El portavoz se refirió a la situación de las minorías rusas y al tránsito militar (del enclave de Kaliningrado al resto del territorio de la Federación Rusa) a través de Lituania.

Los planes para reforzar la infraestructura de la OTAN en Bulgaria y Rumania, según Yakovenko, no responden a la valoración militar, ni lo que es más importante, al espíritu y líneas maestras de la relación entre Rusia y la OTAN, encaminada hacia una mayor estabilidad y capacidad de prever.

Poco preocupados

Las reacciones rusas, con ser críticas, no eran crispadas y dejaban abierta la colaboración con la Alianza. Los representantes oficiales parecían poco preocupados por la OTAN como amenaza para la seguridad rusa, como argumentaban en el pasado, y expresaban más bien malestar por la percepción de Rusia como un potencial enemigo o por su exclusión de una empresa percibida como común.

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Konstantín Kosachev, el jefe del Comité Internacional de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento), acusó a la OTAN de "ambigüedad" y de querer mantener en Europa una "zona gris" no regulada por ningún tratado de desarme. El presidente del Comité de Defensa de la Duma, el general Víktor Zavarzin, afirmó que Rusia tiene que examinar de nuevo sus planes militares. Según Zavarzin, "Moscú se ha comprometido a la contención militar en Europa y ha reducido sus tropas en la región en un 40% de forma unilateral, mientras la OTAN instala allí aviones militares, estaciones de radar y una infraestructura bélica".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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