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CUMBRE DE LA UE

Aznar dice adiós a la UE con una defensa cerrada de su gestión en España

"¿Cómo no voy a estar satisfecho? Lo digo con razonable tranquilidad y orgullo"

José María Aznar concluyó ayer su gestión europea con una despedida de perfil tan bajo y escueta que dejó perplejos a los otros 24 líderes reunidos en el Consejo Europeo de Bruselas. Después, el presidente en funciones se explayó con la prensa para presentar un balance triunfal de su ejecutoria, que, sin embargo, no sonó a preludio de ninguna carrera, pues dijo no tener "la más mínima aspiración" en España y que no tiene siquiera "ganas" de presentarse a las europeas. Aseguró que, aun como simple ciudadano, combatirá el terrorismo toda su vida.

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Una presencia institucional en la Unión Europea, derivada del Tratado de Niza, que es "la mejor que España haya tenido nunca"; un nivel de prosperidad, que es "el mayor" de las últimas épocas, con una renta por habitante que alcanza al 87,5% de la media europea, y una posición firme, "alentada por la gran mayoría de las naciones", en la lucha antiterrorista, son los tres grandes logros que Aznar exhibió ayer como legado a la posteridad, con esta advertencia: "Espero que se mantengan".

El presidente del Gobierno rehizo el gesto y su figura desafiante habitual una vez clausurada su cumbre europea más triste, marcada por un fracaso electoral que deja en suspenso tanta batalla inconclusa. Y también la más discreta. "Aquí estamos una vez más, pero, hoy, para hacer el Tancredo", comenta un miembro de la delegación española mucho más relajado que cuando Aznar, en plenitud de funciones, venía al Consejo dispuesto a paralizar las negociaciones que no fueran como pretendía.

Cabe señalar que, en medios próximos al canciller alemán, Gerhard Schröder, el que peor ha llevado los plantes del español, la pasividad de ayer de Aznar ha sido alabada como una prueba de prudencia y de dignidad en la salida de escena.

Pero el político sin concesiones reapareció en la sala de prensa. "¿Cómo no voy a estar satisfecho?", preguntó tras afirmar que, en sus ocho años de Gobierno, ha creado cuatro millones y medio de empleos. "Lo digo con razonable tranquilidad y orgullo", añadió. También recordó algunas grandes máximas: "Sólo si somos capaces de convertir a Europa en la primera economía conseguiremos que tenga capacidad de decisión en el mundo".

No dejó ningún margen para la autocrítica. "La crítica ya la hacen ustedes", comentó cuando se le preguntó si ha sacado alguna lección de su desafortunado final de mandato. Culpa a una conspiración de políticos y medios de comunicación el fracaso electoral del 14-M, y ni siquiera se plantea si un mayor cuidado en las relaciones personales con otros líderes le hubieran facilitado el camino en Europa. "Las relaciones personales son muy importantes, pero los intereses de los países son lo más importante", sentencia.

Las causas del terrorismo

Ni siquiera se detiene en el hecho de que la UE, según la declaración aprobada por esta cumbre, a diferencia de él, considera importante analizar las causas del terrorismo. "He dicho toda mi vida que todos los terroristas son iguales, que todos buscan lo mismo. Quienes hacen atentados, por ejemplo en Madrid, no son más que asesinos. Lo que quieren ellos es matar, lo que tenemos nosotros que decidir es si luchamos contra ellos o no. Mi decisión ha sido luchar contra ellos, personalmente, al frente del Gobierno de mi país, dentro y fuera de mi país. Y diré más: lo seguiré haciendo toda mi vida".

No pretende, sin embargo, convertirse en un profesional del antiterrorismo: "No busco ningún empleo. Voy a luchar contra el terrorismo donde esté". Tampoco será diputado europeo: "No me lo ha pedido nadie, pero no tengo ninguna intención, ninguna previsión ni ninguna gana de encabezar ninguna candidatura". Y lo mismo le ocurre en España: "No tengo la más mínima aspiración política", asegura, tras explicar que si fue a la última Ejecutiva del PP fue sólo porque los resultados electorales habían tan malos que consideró su presencia obligada.

En medio de tanta desolación, salva al menos un ídolo adquirido durante su experiencia política: al primer ministro británico. "Tony Blair, además de un gran amigo, es uno de los líderes que merecen la pena en Europa", advierte mientras abandona la sala de prensa.

El presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, a su llegada ayer al Consejo Europeo.
El presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, a su llegada ayer al Consejo Europeo.ASSOCIATED PRESS

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