En busca de soluciones
Tras las críticas, vuelve a imponerse el pragmatismo. Colin Powell y Tony Blair iniciaron ayer en sus entrevistas con Zapatero en Madrid la búsqueda de soluciones satisfactorias para todos al compromiso del próximo presidente del Gobierno de España de retirar las tropas en Irak de no mediar una resolución del Consejo de Seguridad que ponga el país árabe bajo la dirección política de la ONU. Ambos mandatarios se comprometieron a trabajar en el máximo órgano de Naciones Unidas, en el que España aún se sienta en lo que queda de año, y a hacer todo lo posible para evitar la salida de las tropas españolas.
La oferta de retirarlas para llevarlas a Afganistán, donde el despliegue se hace bajo mandato de la ONU, no resulta atractiva para la coalición ocupante en Irak. Pero es una demostración por parte de España de que no actúa por cobardía y de que hay un caso, como es el de la intervención en Afganistán, perfectamente legal, legítimo y justificado, aunque allí también se haya dado una desastrosa gestión de la posguerra. Todos los que se entrevistaron con Zapatero se fueron con una idea clara: hay que intentar que el Consejo de Seguridad apruebe una nueva resolución que dé legitimidad y legalidad a la presencia de las tropas extranjeras en Irak para que dejen de ser ocupantes, lo que podría favorecer asimismo el envío de unidades por parte de Francia y Alemania y europeizar la respuesta. Si no se logra antes del 30 de junio, el próximo Gobierno ordenará la retirada.
En el terreno europeo también ha girado el viento. El terrible atentado del 11-M y los resultados electorales del 14-M han despertado a Europa no sólo a la necesidad de lograr una política antiterrorista eficaz, sino a la urgencia de cerrar la Constitución europea, para lo que la presidencia irlandesa convocará la preceptiva conferencia intergubernamental en cuanto haya nuevo Gobierno en Madrid. El cambio de mayoría permite adoptar una posición más constructiva, más europea, sin renunciar a preservar el peso y la influencia de España, lo que requiere también que los demás se muevan. De momento, el tono de las entrevistas que mantuvo ayer Zapatero, en un torbellino internacional sin precedentes para alguien que no ha sido aún investido en el cargo, indica que España vuelve a contar en Europa.
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