La apuesta electoral de la Bolsa
El mercado recibe con serenidad el cambio, pero las incertidumbres se concentran en los sectores regulados y de defensa
La Bolsa ha tenido que hacer dos difíciles ejercicios esta semana: asumir los salvajes atentados del pasado día 11 y valorar el cambio de Gobierno. Todo vuelco electoral supone paralización de la obra pública y, por tanto, peores expectativas a corto plazo para el sector constructor. Pero también favorece a las empresas de medios de comunicación cuando el consumo de información se dispara. Los analistas han hecho una relectura del programa electoral del PSOE y han estado atentos a las declaraciones de sus dirigentes. Los sectores regulados como el eléctrico y de telecomunicaciones centran las incertidumbres, al igual que las compañías ligadas a las contratos de defensa.
Los medios de comunicación se verán favorecidos por la rebaja del IVA en periódicos y libros prometida por el nuevo Gobierno
Las compañías ligadas a defensa podrán compensar el menor gasto militar con un presupuesto más generoso en seguridad
La Bolsa ha tenido esta semana una ardua labor de interpretar acontecimientos de muy diversa naturaleza. De un lado, la confirmación de que los atentados terroristas del día 11 tenían un origen islámico. De otro, el vuelco electoral del domingo 14 cuando la comunidad bursátil creía en una continuidad del Gobierno del Partido Popular.
En 1996, cuando se produjo la victoria del PP, el mercado reaccionó con un descenso del 5,22% por la incertidumbres del nuevo Gobierno y la minoría parlamentaria obtenida que obligaba a establecer pactos con otras formaciones. El pasado lunes, el mercado bajó el 4,15% en medio de una corriente bajista en todas las bolsas, temerosas de los efectos negativos sobre la economía de una escalada terrorista en el mundo occidental. Sin embargo, el comportamiento ha sido mucho más positivo de lo que cabría prever. La sesión del viernes se saldó con una subida del 0,75% que dejó el balance semanal con un modesto descenso del 1,19%.
Una semana donde los analistas se pusieron a toda prisa a interpretar las consecuencias que para los distintos sectores en los que se divide el mercado de acciones tendría el cambio de signo político. Sin embargo, existen efectos probados ya en pasados comicios y en otros países. A corto plazo, el cambio de partido gobernante suele traer debilidad a las empresas constructoras, ya que muchos proyectos en cartera se aplazan o, finalmente, se acaban descartando: un simple parón en el quehacer de las administraciones. Del mismo modo, suele ser beneficioso para las empresas ligadas a medios de comunicación que ven aumentar sus ventas en momento de una gran demanda de información.
Pero hay más: los sectores regulados como la energía o las telecomunicaciones dependen en gran medida de las decisiones que tome el nuevo Gobierno. En general, la Bolsa española ha recibido de buen grado la próxima presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y, pese al enrarecido ambiente de los recientes atentados de Madrid, ha tenido un comportamiento tendencial exactamente igual al registrado por los principales mercados mundiales. El motor de la codicia se ha impuesto al temor, y los inversores han buscado oportunidades tras el castigo de los precios para, siguiendo su guión, recoger los beneficios obtenidos después de las sesiones de bonanza. Todo muy normal y, además, se ha producido con un volumen de negocio muy abultado que si bien da cuenta de que muchos estaban dispuestos a vender, también indica que había dinero dispuesto a comprar.
"Los sectores más afectados son aquellos donde el Gobierno regula los precios o en aquellos valores cuya actividad está muy relacionada con los Presupuestos del Estado. Si bien es cierto que ni siquiera está formado el nuevo equipo encargado de dirigir el país por lo que es prematuro especular sobre las futuras políticas económicas que aplique, no nos debe sorprender que el mercado descuente la incertidumbre", explican Jordi Padilla y Jacobo Zarco, de la firma Atlas Capital Patrimonios.
Estos expertos realizan un exhaustivo análisis sobre estos sectores donde se concentran las incertidumbres:
Sector eléctrico. Las eléctricas habían alcanzado un acuerdo con el Gobierno del PP donde se establecían las tarifas hasta 2010. Este acuerdo daba estabilidad al sector y previsibilidad en el marco tarifario. Ahora habrá que esperar a cuál va a ser la política de tarifas del nuevo Gobierno. La aplicación del tratado de Kioto, que limita las emisiones de Co2, es otra incertidumbre y, por último, la actitud del nuevo Gobierno ante las centrales nucleares también es un factor de volatilidad. La gran perjudicada en el peor escenario sería la eléctrica Endesa.
Sector construcción. La elevada actividad constructora en obra pública llevada acabo en los últimos años ha beneficiado a las grandes constructoras. Con el nuevo Gobierno surge la duda de si se mantendrán en los nuevos presupuestos las elevadas partidas a obra pública. Las más perjudicadas si desciende la actividad de construcción serían Ferrovial y ACS-Dragados.
Sector defensa. El Gobierno del PP aprobó el año pasado un importante presupuesto de mejora y renovación de las inversiones de las fuerzas armadas. Dos empresas españolas se beneficiaron de este contrato: Amper e Indra. La victoria del PSOE abre la incertidumbre de si el nuevo Gobierno mantendrá esa inversión o por el contrario reducirá la partida destinada a ese concepto.
Sector tabaco. El desconocimiento del futuro marco fiscal en materia de tabaco puede generar dudas en torno a la principal compañía tabaquera española, Altadis.
Los bancos, las petroleras, las telecomunicaciones y la industria componen los sectores donde el impacto del nuevo Gobierno es neutral, según Atlas Capital.
Estos expertos apuntan a otros grupos bursátiles con potencial para beneficiarse con el nuevo Gobierno:
Energía eólica. Gamesa. El viernes pasado el Consejo de Ministros aprobó el nuevo marco regulatorio aplicable a las energías renovables. El cambio de Gobierno no debería suponer un riesgo para la continuidad de esta regulación dado que se fomenta el uso de fuentes de energía limpias. Gamesa se vería favorecida por el incremento de la demanda de equipos y de parques por parte de los operadores. Además tiene la ventaja de contar con 15.000 megavatios en parques potenciales de venta, lo que le dota de una mayor agilidad de establecimiento respecto a sus competidores.
Medios de comunicación. Dentro de los valores del Ibex 35 Prisa y Sogecable podrían beneficiarse, según los analistas de Atlas Capital si se despeja la incertiudmbre sobre la televisión local y los conflictos regulatorios derivados de la fusión con Vía Digital, según explican Jordi Padilla y Jacobo Zarco. El programa del PSOE beneficia también a los medios de comunicación escritos por cuanto incluye una rebaja del IVA para periódicos y libros. Prisa y Recoletos serían los beneficiados de esta medida.
Ana Maymüs, director de renta variable de Sabadell Banca Privada considera que es necesario ser muy cauteloso y esperar a las primeras decisiones que tome el Ejecutivo de Zapatero. Los sectores que ve afectados son el elécrico y el de construcción. "Si el nuevo Gobierno se quiere ajustar a los acuerdos de Kioto, las eléctricas más contaminantes como Endesa se verán perjudicadas en beneficio de Iberdrola. Además, en sus manifestaciones no se han mostrado tan rígidos en el tema de la energía nuclear y son partidarios de la consolidación del sector". Respecto al sector constructor, muestra sus mayores incertidumbres con el freno al Plan Hidrológico Nacional (PHN), que reduciría la cartera de obra pública de algunas constructoras y que afectaría a firmas auxiliares como Uralita en su división de tuberías.
Maymüs explica también que las firmas de tecnología ligadas a la defensa como Indra, Amper e incluso Abengoa pueden sufrir si el nuevo Gobierno destina un menor presupuesto a la defensa. "Sin embargo, este fenómeno podría ser compensado por una mayor inversión en seguridad. Se podría equilibrar el menor gasto en defensa por un mayor aporte de recursos hacia la seguridad", añade. Por último, ve perjudicada a la tabaquera Altadis si se aumenta la presión fiscal sobre los cigarrillos.
Asimismo, Morgan Stanley recomienda invertir en Enagas y Red Eléctrica Española (REE), a las que considera dos compañías defensivas dentro del sector y que, además, se verían menos perjudicadas por una nueva política energética que penalizase a las compañías más contaminantes.
Empujón de los bonos
Aunque la Bolsa ha asimilado bien los atentados terroristas de Madrid, el mercado de bonos está obteniendo una rentabilidad muy jugosa y puede ser uno de los beneficiados de situaciones de mayor incertidumbre. La deuda española, cuyo responsable es Luis de Guindos, secretario de Estado de Economía, ha tenido un positivo comportamiento.
Según los datos facilitados por Analistas Financieros Internacionales (AFI) el bono a 10 años español marcó el pasado miércoles una rentabilidad del 3,76%, después de cerrar el año en niveles del 4,18%. Como es sabido, esta bajada de rentabilidad implica una subida del precio del bono que durante el ejercicio se ha revalorizado casi un 3%. Una ganancia nada despreciable si se compara con la Bolsa, que esta semana volvía a ofrecer pérdidas en el conjunto del ejercicio. Sin embargo, los analistas no ocultan un cierto temor a rebotes de tipos en el mercado de bonos que supongan una caída de los precios.
Martin Hall, director general de renta fija de la gestora de fondos de inversión Fidelity, apunta que vivimos un ambiente de incertidumbre para bonos y acciones. "Es inevitable que los tipos de interés suban pero muy pocos creemos que lo hagan significativamente. En este mercado preocupa el entorno geopolítico, que es poco estable y ha llevado a que la deuda pública haya perdido su estatus de inversión asegurada. Una situación que se produce tanto por los atentados terroristas como por la inestabilidad de muchos países asiáticos", explica.
El comportamiento en los últimos 12 meses, según apunta este experto, ha sido fantástico sobre todo en los bonos emitidos por las empresas. Así, aquellos calificados de alta rentabilidad han registrado ganancias del 23% en este periodo, que contrasta con el 6% que han obtenido los de empresas de máxima solvencia y el 3,8% de media lograda por los bonos estatales. Un refugio que empieza a ser incierto por los elevados precios y las bajas rentabilidades.
El mercado rebotó tras el 11-M
La evolución de los mercados tras los atentados terroristas de Madrid poco ha tenido que ver con la hecatombe que se produjo en las finanzas mundiales después del 11-S de 2001. El mercado ha reacciondo con rapidez y los inversores han entrado raudos a los bajos precios de las primeras jornadas de conmoción. Sin embargo, ahí siguen los problemas. "Esta consecuencia de mayor incertidumbre ante nuevos atentados afecta al mercado en general pero en algunos sectores los descensos pueden ser mayores. En este sentido, los valores más sensibles son compañías de seguros, líneas aéreas y sector turístico en general. En el caso español, Mapfre, Iberia, Amadeus, Aldeasa, Sol Meliá y NH Hoteles", explican los analistas de Atlas Capital.
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