La Unión Europea tendrá un coordinador para la lucha contra el terrorismo

Europa tendrá un coordinador de la lucha contra el terrorismo que, con un nivel de secretario de Estado, actuará bajo las órdenes del alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión, Javier Solana. Fue ésa una de las principales conclusiones de la reunión especial de los embajadores de los Veinticinco (los Quince más los 10 países candidatos) convocada tras los atentados del 11-M en Madrid. El embajador alemán, Wilhelm Schönfelder, solicitó que un equipo de mandos policiales elabore "un informe armonizado" con todos los detalles sobre lo ocurrido en la capital española.

La reunión de los embajadores fue previa a la que hoy mantendrán en Bruselas los ministros europeos de Justicia e Interior, convocados urgentemente tras la matanza de Madrid, el primer ataque de gran envergadura realizado en Europa por grupos ligados a la red Al Qaeda. El coordinador, una figura propuesta por Solana, tendrá una visión global sobre todos los medios antiterroristas puestos a disposición de la UE por los Estados (policiales, judiciales y de información) y elaborará informes regulares al Consejo de la Unión sobre las amenazas terroristas en Europa.

Los embajadores dieron también su visto bueno a la aplicación avanzada de la llamada Cláusula de Solidaridad incluida en el proyecto de Constitución europea, según la cual la Unión movilizará todos los medios de que disponga, "incluidos los militares", para prevenir el terrorismo, proteger a la población de sus ataques y aportar asistencia a un país atacado.

Los reunidos constataron que varios países aún no han trasladado a sus legislaciones las normas pactadas hace dos años y medio, varias de ellas contenidas en el Plan de Acción para combatir el terrorismo aprobado tras el 11-S. Uno de los principales incumplimientos es el de la euroorden, por la que toda decisión judicial sobre delitos graves es de obligada ejecución en todos los demás. Alemania, Italia, Austria, Holanda y Grecia aún no la han trasladado a sus legislaciones pese a que la fecha límite era el 31 de diciembre.

El aumento de medidas para congelar cuentas ligadas al terrorismo (desde el 11-S sólo se han detectado un centenar con 1,6 millones de euros), el incremento de medios antiterroristas en Europol (sólo hay una veintena de agentes), el refuerzo de los controles fronterizos y la aprobación de una norma legal europea de asistencia a las víctimas son otras medidas acordadas por los embajadores que hoy analizarán los ministros y, la semana próxima, los jefes de Estado y de Gobierno.

No hay consenso, por el contrario, en la propuesta, defendida con matices por Austria y Bélgica, de crear una CIA europea, un servicio central de información, cuando los centros de espionaje de los distintos países (sólo siete de los Quince tienen redes en el exterior) tienen un bajo nivel de colaboración y, sobre todo, de intercambio de datos. A cambio, los embajadores se mostraron de acuerdo en la necesidad "de intercambiar toda información relevante" en la lucha contra el terrorismo.

Con varios Gobiernos europeos molestos por la ocultación que hizo el español sobre los datos que tuvo en los primeros días sobre los atentados en Madrid, cobró especial importancia en la reunión de ayer la propuesta del representante alemán de que un equipo de jefes de policía de varios países elabore un detallado informe sobre lo ocurrido el 11-M. Hoy, antes del Consejo de Ministros, se reunirán en la sede de la Embajada británica en Bruselas los titulares de España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido (el llamado G-5) para que el español, Ángel Acebes, les informe al respecto.

En la misma propuesta de Alemania se solicita que los servicios de seguridad de la UE cooperen para elaborar perfiles de personas que hayan cometido atentados y que, en la búsqueda de terroristas, se tenga en cuenta todas las informaciones que puedan obtener los servicios de información tras los ataques en Madrid.

La Comisión Europea, por su parte, desea una más detallada elaboración de listas de terroristas y de organizaciones terroristas, sin descartar la posibilidad de que entre los países de la Unión se intercambien las informaciones adecuadas para contar con una relación de personas que hayan podido ser entrenadas en Afganistán, Pakistán y otros países para cometer atentados en el futuro. El embajador español, Carlos Bastarreche, pidió a sus homólogos que se combata todo brote de xenofobia y que se elimine cualquier posible referencia pública al concepto de "terrorismo religioso".

En la documentación manejada ayer por los embajadores se indica que las instituciones europeas debieran explorar fórmulas para reforzar la seguridad sobre servicios esenciales (suministro de agua, energía o comunicaciones) y sistemas de producción (agrícolas e industriales).