Garzón mantiene detenido al argelino que 'vaticinó' en enero los atentados del 11-M
El sospechoso está acusado provisionalmente de terrorismo, aunque el juez espera más informes
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decidió ayer mantener detenido durante 48 horas más a Alí Amrous, ciudadano argelino que fue detenido en enero pasado en San Sebastián (Guipúzcoa) y que en aquellas fechas ya amenazó a la Ertzaintza con que en dos meses iba a morir mucha gente en la estación de Atocha, en Madrid. El magistrado le acusa provisionalmente de terrorismo y de pertenencia a banda terrorista, aunque no decidirá sobre si le deja en libertad o acuerda su prisión preventiva hasta que no reciba unos informes policiales sobre las vinculaciones del detenido.
Al Amrous, compareció a primera hora de la tarde ante el juez. Su llegada al juzgado, en medio de gran expectación, fue extraña. Esposado a la espalda y en medio de dos policías, Amrous, muy moreno de tez y pelo, lucía una gran sonrisa a la que le faltaban la mitad de los dientes. Vestido con un chandal azul, un anorak y deportivas blancas, se dirigió a los periodistas que estaban en la segunda planta del edificio de la Audiencia Nacional: "¡Qué pasa!, tranquilos".
Luego, pasó a declarar ante Garzón y el fiscal para asuntos islámicos Jesús Alonso.
El informe de la Ertzaintza señala que el 15 de enero pasado, Alí Amrous fue detenido junto con otras seis personas en una operación contra el trapicheo de droga en San Sebastián. En el momento de ser detenido, Amrous increpó a los agentes llamándoles racistas y, desafiante, les dijo que se quedaran con su cara, porque en dos meses se iban a producir muchas muertes en Atocha.
Los policías le replicaron que el campo de fútbol de la Real Sociedad ya no era el de Atocha, sino el de Anoeta, pero él les contestó que se refería a la estación de Atocha, en Madrid.
Hermano asesinado
Ayer, Amrous rectificó esa versión. Primero dijo ser un hombre que no es violento, porque tuvo un hermano que era miembro del GIA (Grupo Islámico Armado) que fue asesinado. A continuación, ofreció una versión un tanto confusa, ya que dijo que los ertzainas -que le habían detenido por drogas en el País Vasco- le preguntaron por el lugar donde hipotéticamente se produciría un atentado de Al Qaeda si la organización decidiera realizarlo en Madrid. Y entonces dijo que en Atocha o en Chamartín por ser lugares en los que suele reunirse mucha gente.
A pesar de su condición de mendigo y de que fue detenido en los soportales de la playa de la Concha, en San Sebastián, Amrous suele trabajar como temporero y, según fuentes policiales, tiene cierta cultura. Tras su detención le fue ocupada una agenda con direcciones y teléfonos de personas que están siendo investigadas por si alguna de ellas puede ser una pista en la investigación de los atentados del 11-M.
Además, la policía facilitó al juez las identidades de los seis detenidos junto a Alí Amrous en San Sebastián el pasado 15 de enero, para descartar otras posibles implicaciones.
Ayer, tras la declaración de Amrous, que tuvo una duración de algo menos de una hora, el juez técnicamente suspendió la comparecencia y prorrogó su situación de detención por un plazo de hasta 48 horas más, a la espera de recibir varios informes que ha solicitado a la Comisaría General de Información sobre la trayectoria de Alí Amrous y sus posibles vinculaciones con Al Qaeda.
Por otro lado, el ciudadano marroquí Jamal Zougam, uno de los cinco detenidos tras los atentados del pasado día 11 en Madrid y al que se atribuye la compra de las tarjetas utilizadas en los móviles que actuaron de temporizadores en las bombas, afirmó durante su declaración ante la policía que por encima de él "sólo está Dios", informa Efe.
Zougam insistió: "Lo único que me preocupa es Dios". Casado y padre de cuatro hijos, Zougam, comparecerá hoy ante el juez Juan del Olmo, con los otros cuatro detenidos el sábado pasado.
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