Bono acepta el Ministerio de Seguridad y Rubalcaba será el portavoz parlamentario
El nuevo Gobierno tendrá 16 ministerios, uno de Vivienda, y dos vicepresidencias
El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, aceptó ayer, en una reunión de dos horas, la petición del líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, de que forme parte de su Gobierno y dirija el Ministerio de Seguridad (ahora del Interior). El ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba será el portavoz del PSOE en el Congreso, con el encargo de fraguar consensos para que su grupo y el nuevo Ejecutivo no pierdan votaciones y logren sacar adelante sus proyectos. La catedrática María Jesús Sansegundo será la titular de Educación y Ciencia en un Gabinete que tendrá 16 ministerios y dos vicepresidencias.
José Luis Rodríguez Zapatero ha cumplido sus deseos de contar con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, en su próximo Gobierno. Será el ministro de Seguridad. Zapatero se reunió ayer en su despacho de la calle de Ferraz de Madrid con el político castellano-manchego para mantener una conversación sosegada respecto a la entrada de éste en el futuro Ejecutivo. La reunión duró dos horas, y Bono le dio el sí a Zapatero. Ambos políticos estuvieron de acuerdo en que el nuevo departamento de Seguridad se debe alejar de los parámetros antiguos "de un Ministerio de la Gobernación", y que la globalización favorece que este ministerio tenga proyección en aspectos de defensa y de política exterior. Zapatero y Bono se mostraron muy satisfechos de la conversación mantenida.
Otra novedad relevante es el nombramiento, casi con toda seguridad, de María Jesús Sansegundo como ministra de Educación y Ciencia. Sansegundo, profesora titular de Economía en la Universidad Carlos III (Getafe, Madrid), forma ya parte del comité de notables que nombró Zapatero hace dos meses como parte de su equipo personal de asesores.
Ayer se produjo también la aceptación de Alfredo Pérez Rubalcaba, ex ministro de Felipe González, al ofrecimiento de Zapatero para que sea el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, un puesto clave para fraguar los consensos que los socialistas necesitan, ya que se han quedado a 12 escaños de la mayoría absoluta. Para esta tarea de negociación continua, Zapatero ha elegido a Pérez Rubalcaba por considerar que garantiza talante de diálogo y eficacia. Durante estos cuatro últimos años, Pérez Rubalcaba ha sido el representante del PSOE en las conversaciones con el Gobierno para hacer frente al terrorismo.
Nunca ha habido queja por parte del Gobierno del PP del comportamiento leal de Rubalcaba. Y esas dotes las tendrá que poner muy a prueba durante esta legislatura para conseguir el apoyo de otros grupos parlamentarios a las leyes y proyectos que presente el nuevo Gobierno socialista.
Aunque todavía el líder del PSOE no tiene previsto hacer pública su lista de Gobierno, es seguro que tendrá 16 ministerios, uno más que ahora, y dos vicepresidencias. Una de éstas probablemente recaerá en una mujer. Magdalena Álvarez formará parte del nuevo Ejecutivo, aunque no en la especialidad que ha tenido durante muchos años en el Gobierno de Andalucía, al frente de Economía, ya que Miguel Sebastián, otro miembro del comité de notables, será el titular de Economía y Hacienda.
Las fuentes consultadas añaden los nombres de José Antonio Alonso, diputado por León y magistrado en excedencia, y del político canario Juan Fernando López Aguilar, miembro de la ejecutiva federal y responsable de Justicia. Zapatero está especialmente contento por la subida de sus compañeros canarios en las islas y felicita especialmente a López Aguilar por el ascenso.
La cartera de Defensa
Continúa con fuerza el nombre de Miguel Ángel Moratinos como probable ministro de Exteriores y siguen algunas incógnitas, como quién ocupará la cartera de Defensa. Las fuentes consultadas de la dirección socialista aseguran que Zapatero barajó la posibilidad de que Manuel Marín ocupara esa cartera. Finalmente consideró que el lugar de éste estaba en la Presidencia del Congreso de los Diputados, en la que desempeñará un papel, a juicio de Zapatero, con la máxima dignidad, acorde con la alta magistratura que representará.
Los interlocutores consultados aseguran que las vicepresidencias serán "una sorpresa", a pesar de que se había dado por seguro que Jesús Caldera ocuparía una de ellas. Zapatero, en declaraciones hechas a este periódico antes de las elecciones, afirmó que Caldera ocuparía una vicepresidencia o un ministerio de gran relevancia.
Sea o no vicepresidente, Caldera tiene el encargo de Zapatero de llevar el peso de la transición hacia el Gobierno, después de que también fuera el responsable y coordinador del programa electoral. Con ello el secretario general del PSOE pone de manifiesto que Caldera continúa siendo la persona de su máxima confianza política y personal, como lo venía siendo desde hace 20 años.
El hasta ahora portavoz parlamentario llevará el traspaso de poderes con el ministro de la Presidencia, Javier Arenas, y coordinará al grupo de técnicos que analizará materia a materia.
Seguramente Alfredo Pérez Rubalcaba también se unirá a esta tarea por su experiencia. Él participó en la transición en sentido contrario: en 1996 entregó el poder al PP. Ahora lo recibirá.
La otra tarea que queda en estos momentos es asegurar que Zapatero resulte investido, si es posible, en primera vuelta como presidente del Gobierno. Esta negociación también la llevará Jesús Caldera.
Investidura
Aunque Caldera ha mantenido ya una primera ronda de conversaciones para ver la acogida que puede tener Zapatero cuando se someta a la investidura como presidente del Gobierno, todavía queda otra definitiva. De momento no ha encontrado una posición negativa, pero tampoco compromisos firmes de apoyo. Coalición Canaria ha sido, acaso, la fuerza política más explícita. También Izquierda Unida ha mostrado su intención de votar a favor. Menos entusiasmo se ve en el PNV. Y CiU transmite interés, pero igualmente sin compromiso.
El líder socialista, y en su nombre Jesús Caldera, quiere explicar al resto de los grupos su proyecto político antes de que lo exponga en la sesión de investidura. Zapatero se compromete a un diálogo abierto con la oposición, aunque no dará contrapartidas, de entrada, a cambio del apoyo.
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