Antes del 30 de junio

Zapatero y el PSOE no pueden aguardar siquiera a la investidura ni esperar los 100 días de gracia para dar los primeros pasos. El nuevo Parlamento y el nuevo Gobierno deben tomar algunas medidas de gran alcance antes del 30 de junio. Hay grandes urgencias que ponen en evidencia la lentitud del calendario español de traspaso de poderes. En el Reino Unido, bien es verdad que con un sistema electoral que suele arrojar mayorías claras, Aznar habría salido ya de La Moncloa y Zapatero ya se habría instalado en ella. La mayor de todas las urgencias, la lucha contra un terrorismo que ha tomado una nueva y terrible dimensión, exige la máxima prioridad y una estrecha colaboración entre el Ejecutivo saliente y el entrante, así como una total cooperación con Marruecos, con EE UU y con los socios europeos. Pero hay cuatro prioridades más a destacar:

- Política exterior. La decisión de Zapatero de no renovar el 30 de junio la permanencia de las tropas españolas desplegadas en Irak, a menos que la ONU se haga cargo de la misión, ha desatado una polémica, principalmente desde EE UU. Pero, en el fondo, no es tan diferente de lo que propone el candidato demócrata, John Kerry. Incluso antes de llegar al Gobierno, Zapatero puede coordinar este paso por adelantado con los que vuelven a ser sus socios naturales, Francia y Alemania, para una resolución clara del Consejo de Seguridad, en el que actualmente se sientan los tres países. De no lograrlo, Zapatero tendrá que cumplir su palabra y retirar las tropas. No puede iniciar su mandato incumpliendo una de sus promesas más reiteradas.

Una vez constituido el 2 de abril, una de las primeras decisiones del nuevo Congreso de los Diputados debe ser, en respuesta al compromiso adquirido, constituir sendas comisiones de investigación sobre la información de que dispuso el Gobierno del PP respecto a la existencia de armas de destrucción masiva en Irak antes de lanzarse a la guerra y sobre el accidente del Yak-42. Sobre las armas, Zapatero también ha prometido la desclasificación de algunos informes del CNI.

El calendario obliga a la participación de Aznar como presidente del Gobierno en funciones en el Consejo Europeo del próximo día 25, un ejercicio algo penoso que inevitablemente tendrá que abordar la cuestión de la lucha europea contra el terrorismo y reabrir la congelada Constitución europea, ahora que el cambio de Gobierno en España abre una nueva oportunidad de acuerdo. La presidencia irlandesa contempla convocar una cumbre extradordinaria, ya con Zapatero en La Moncloa. Sería deseable que las elecciones europeas de junio se celebrasen sabiendo los ciudadanos europeos a qué atenerse respecto al Tratado Constitucional.

- Educación. El próximo curso escolar no puede empezar en los términos fijados por el PP. Zapatero debería encargar a una comisión de expertos independientes una evaluación urgente de los cambios precipitados e ideológicos introducidos por la ministra Del Castillo respecto a los itinerarios y a una reválida que se puede repensar con calma dado que la selectividad no ha sido abolida. La enseñanza de la religión debe volver al menos al equilibrio anterior, derogando las medidas que la han convertido en puntuable, y revisando el estatuto de sus enseñantes, pagados pero no controlados por el Estado. Y de inmediato, preparar una inyección de urgencia de vitaminas para la red educativa pública, supeditada por el PP a la concertada y privada. En cuanto a I+D, no se improvisa un plan de choque, pero hay que dar una protección social inmediata a los becarios investigadores.

- Economía. La política de vivienda requiere un cambio radical en los alquileres y un aumento de la oferta de suelo. En el terreno laboral, el Gobierno ha de introducir incentivos a la contratación estable y abrir un diálogo con los sindicatos sobre la futura reforma del mercado laboral. Y siguiendo la buena costumbre del PP, plantear para julio, junto a las medidas complementarias para 2004, las grandes líneas de los Presupuestos Generales del Estado para 2005. El nuevo Gobierno debe dar el máximo de señales de tranquilidad a los mercados y responder a la vez a sus promesas.

- Medios de comunicación. La comisión de notables nombrada por Zapatero debe reunirse y entregar sus conclusiones cuanto antes sobre la radiotelevisión estatal. Pero el nombramiento de los nuevos y temporales responsables del ente debe indicar con nitidez que el nuevo Gobierno hace honor a sus compromisos con una televisión independiente y plural.

Todo antes del 30 de junio. Y confiando en que el Gobierno en funciones extreme sus precauciones sobre los límites que le impone la letra y espíritu de la ley. Sobre todo en lo que respecta al nombramiento de los dos jueces del Constitucional, que corresponde sin duda a la nueva mayoría.