La noche del capitán
Raúl vuelve ante el Bayern sin recuperarse de un esguince, pero feliz ante la responsabilidad de cubrir la baja de Ronaldo
Raúl González se presentó ayer ante las cámaras a paso firme, el gesto austero como siempre y el pelo más largo que nunca. Lanzó su mirada escrutadora a la audiencia de periodistas -esos extraños- y, en un gesto teatral, se quitó la sudadera como un bailarín ansioso por soltarse los brazos para descubrir el nuevo eslógan de Adidas en la camiseta: Imposible es nada. Los ojos le brillaban. El tobillo izquierdo aún le dolía, todavía no podía disimular una pequeña cojera, pero él parecía entusiasmado más allá del esguince y con la mente puesta en una noche en la que será la figura central. Sin Ronaldo, lesionado; sin Roberto Carlos, sancionado; con Guti golpeado, con Beckham cansado, con Pavón constipado y con Kahn jurando venganza al frente de un Bayern intimidante como es tradición. Después de media temporada entre sol y sombra, el partido de hoy pone a Raúl en el tablero de la jugada decisiva. Justamente lo que quiere.
"Lo que puedo aportar depende del rendimiento global del equipo", advierte el delantero
"Veremos lo que aguanta el tobillo", dijo con una media sonrisa; "espero jugar todo el partido". Raúl se ejercitó ayer con sus compañeros durante los últimos 15 minutos de entrenamiento con balón. En diez días no había tocado la pelota, después de sufrir un esguince en el tobillo izquierdo contra el Celta. Se había pasado la semana haciendo ejercicios de rehabilitación, entre el gimnasio, la carrera continua y la camilla de Pedro Chueca, el fisioterapeuta. El dolor no le había desaparecido ni le desaparecerá esta noche, a menos que le inyecten un analgésico. Pero es igual. Hoy, contra el Bayern, Raúl es el único nueve disponible. Y saltará al campo como tantas veces, medio afectado y dejándose llevar por el instinto, a ver si el Bayern es tan vulnerable a su astucia como lo fueron otros equipos alemanes recientemente: el Borussia y el Bayer Leverkusen.
"Raúl les puede hacer mucho daño", decía Helguera al salir del entrenamiento del lunes. El central también se ha pasado la semana tratándose de un par de problemas físicos. ¿Quién no los tiene en el Madrid después de 43 partidos de competición en seis meses? Acaso Figo, que atraviesa un momento muy dulce, y Solari, que ha jugado menos que todos los que hoy serán titulares. Justo los dos hombres que deberán abrir camino por los extremos del campo. "Tenemos que conseguir llegar por fuera", decía Helguera, "y meterle centros a Raúl... Así les podemos hacer daño".
La estrategia del Madrid sin Ronaldo está sujeta a cambios importantes. Carlos Queiroz, el técnico, y los jugadores saben que, sin la salida rápida que les da Ronaldo, la defensa del Bayern podrá adelantarse y descubrir un poco la espalda. Sin temer las carreras del brasileño, los alemanes achicarán más el terreno para presionar mejor y evitar que el Madrid maneje el partido. Ballack, Hargreaves y Demichelis cerrarán el medio, obligando a buscar el desborde por las bandas, con Solari enfrentado a Sagnol -o a Salihamidzic si Sagnol, que ha sido operado de un brazo, no puede jugar con una férula- y Figo en un mano a mano trepidante con Lizarazu.
Queiroz ha hecho hincapié en el juego en espacios reducidos porque espera un Bayern cerrado. Más que nunca, el Madrid necesitará de su precisión en el pase, de Guti y de Zidane, que ejercerá de media punta o segunda punta, junto a Raúl, acompañando a los extremos o apoyando a los medios.
"Creo que nos clasificaremos", dijo, a su vez, el entrenador del Bayern, Ottmar Hitzfeld; "pero el Madrid sigue siendo el favorito". Por su parte, Makaay, el goleador del equipo bávaro, se mostró más seguro: "Estaremos en el bombo del viernes".
Para pasar la eliminatoria el Bayern deberá ganar en el Bernabéu, algo que nadie ha conseguido desde el 3 de mayo de 2003, cuando el Mallorca se impuso por 1-5 en la Liga. El empate a cero clasificaría al Madrid por el valor del gol de Roberto Carlos en la ida, aunque este resultado es poco probable. En 100 partidos de la Liga de Campeones, el Madrid sólo ha empatado sin goles en cuatro ocasiones.
"Tenemos que tener la pelota, más de lo que la tuvimos en Múnich", declaró Raúl; "y meterles en su portería para que lleguen las ocasiones (...) Lo que puedo aportar depende del rendimiento global del equipo (...)".
El capitán madridista, máximo anotador de la historia de la Liga de Campeones, con 44 goles en 89
partidos, tiene el casillero de esta temporada prácticamente vacío: un gol. Y, como él dice, depende de que su equipo llegue al área de Kahn. Depende del juego colectivo. No es como Ronaldo, puro individualismo, capaz de vivir del pase al hueco. Y tiene un tobillo doliente. Pero es su noche y parece entusiasmado ante la prueba.
Real Madrid: Casillas; Míchel Salgado, Raúl Bravo, Helguera, Pavón o Mejía; Guti, Beckham; Figo, Zidane, Solari; y Raúl.
Bayern Múnich: Kahn; Sagnol o Salihamidzic, Kuffour, Kovac, Lizarazu; Demichelis; Hargreaves, Ballack, Zé Roberto; Pizarro y Makaay.
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