Espido Freire viaja al mundo de las hermanas Brontë y Jane Austen
El comienzo de Orgullo y prejuicio anuncia: "Es una verdad universalmente reconocida que el hombre soltero que posee una gran fortuna debe necesitar esposa"
. Jane Austen, su autora, y las hermanas Brontë
hicieron caso omiso. Inglesas, solteras, escritoras e hijas de reverendos protestantes, rompieron moldes y sus novelas, escritas en el siglo XIX, siguen cautivando. Espido Freire (Bilbao, 1974) ha sucumbido a su encanto y en su último libro, Querida Jane, querida Charlotte (Aguilar), emprende un viaje por los lugares de Inglaterra donde estas damas vivieron y por las obras que escribieron.
Como contrapunto a la geografía literaria quedan los recuerdos y observaciones de la escritora española, que viajó por vez primera a la isla en 1993 como estudiante de Filología Inglesa. En la primavera de 2001 realizó el recorrido que ha plasmado en este libro. "En estos años he visto una evolución muy peculiar en Inglaterra: de la tierra idealizada del té y las rosas a una visión más gris de ladrillos y nubes", asegura. La ganadora del Premio Planeta 1999 explica que de la Inglaterra retratada en Sentido y sensibilidad o Jane Eyre "sólo queda una nostalgia muy bien explotada del mundo perdido, de los tiempos gloriosos; tiendas especializadas que comercializan el placer de la evocación".
El romanticismo apasionado de las hermanas Brontë y el mundo ordenado de Austen "plantean conflictos actuales, pero la elección para las mujeres es ahora distinta. El amor, para Austen, es una conciliación entre atracción, destino y fuerza de voluntad. Para alcanzarlo hay que vencer el carácter; esto es revolucionario", explica.
En su adolescencia, a Espido Freire le decían que se parecía a la apasionada Catherine de Cumbres borrascosas -"a mí me encantaba", confiesa-. Asegura tajante que no es mitómana: "Sólo después de haber leído tanto he encontrado el entusiasmo para hablar así de ellas". Define a Emma, la protagonista de la novela de Austen, como "la típica amiga a la que quieres matar" y explica que Emily Brontë era una mujer que "venía de otra dimensión: no comía, tenía unos grandes ojos y se dejó morir tras la muerte de su hermano".
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