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Reportaje:Elecciones 2004 Andalucía

Las empresas ganan peso

Las firmas andaluzas crecen en número y tamaño, pero cojean en innovación

El PSOE situó a los emprendedores en el centro de su programa electoral en 2000. Cuatro años después, las cifras dibujan un panorama alentador en el sector empresarial, pero algunos de los objetivos socialistas no se han alcanzado en estos cuatro años en los que ha mantenido el gobierno de la Junta de Andalucía junto a sus socios andalucistas. Los incentivos económicos han facilitado un ritmo elevado de creación de empresas, superior al de la media española (un 16% más entre 1999 y 2003, frente al 11% en el conjunto del Estado). Pero la meta de las "500.000 empresas" marcada en la pasada campaña electoral está aún lejos. Y otra cuestión más a la mano del Ejecutivo andaluz, como la reducción del tiempo medio de los trámites administrativos, tampoco se ha logrado en la magnitud (está aún en un promedio de dos meses) que preveía el PSOE.

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Analistas Económicos de Andalucía (el grupo de investigadores financiado por Unicaja) realiza en colaboración con el IFA el más completo balance anual sobre la empresa andaluza. Su director, Francisco Villalba, considera que "tanto en el número de empresas como en su densidad territorial, Andalucía ha mejorado de forma notable". En los últimos cinco años, el número de firmas en la comunidad ha pasado de 359.346 a 417.006. El mayor ritmo de crecimiento con relación al resto del Estado, ha permitido que el peso andaluz en el sector empresarial español también se haya incrementado y roce el 15%. Y también que la densidad empresarial se acerque al promedio español (56 firmas por habitante en Andalucía frente a las 65 sociedades por habitante en España).

En algunos sectores, Andalucía se ha convertido en la comunidad con mayor presencia empresarial. Sobre todo, es destacable el comportamiento de la economía social: en cinco años, el número de cooperativas y sociedades laborales ha pasado de 6.878 a 9.718 y el número de empleados en estas firmas de 54.882 a 80.984. Una evolución que ha dado legitimidad a la pretensión de algunas organizaciones del sector, como Cepes, de participar en pie de igualdad con la patronal empresarial, CEA, en el diálogo social con la Junta y los sindicatos. Una reivindicación a la que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, está dispuesto a hacer un hueco si es reelegido -así lo reiteró hace dos semanas-, y que ha generado las tensiones más visibles entre la CEA (que cuenta también con cooperativas entre sus asociados) y el Ejecutivo andaluz en los últimos meses.

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Las empresas de servicios y comerciales suponen más del 80% del tejido empresarial andaluz. Pero buena parte del mayor crecimiento andaluz en estos años se ha debido al dinamismo de la construcción y el sector inmobiliario, subraya Villalba. El director de Analistas Económicos de Andalucía indica que se trata de un "crecimiento desequilibrado", pero no teme que eso vaya a pasar factura al empresariado andaluz a medio plazo. "Las previsiones del mercado inmobiliario son positivas, no hay una amenaza inmediata de desaceleración". Lo que no quiere decir, a juicio de Villalba, que no haya que apostar por una base económica más diversificada y potenciar, sobre todo, la generación de empresas industriales.

El director de Analistas Económicos de Andalucía hace mención a algunos de las debilidades tradicionales del empresariado andaluz. "En capitalización y rentabilidad, se ha mejorado, aunque aún estamos por debajo de la media nacional". Desde 1999, las tasas promedio de crecimiento de ingresos y beneficio han sido mayores en Andalucía que en el conjunto del Estado, aunque los gastos de personal y financieros se han controlado menos.

Sobre el tamaño de las empresas, otro de los déficits recurrentes del sector empresarial andaluz, Villalba se muestra más cauteloso. Los indicadores señalan que el número de empresas que más ha crecido son las más grandes (las que tienen más de 200 empleados aumentaron casi un 50% entre 1999 y 2003). Pero las firmas sin asalariados y las que tienen menos de nueve empleados constituyen más del 95% del tejido empresarial (un porcentaje sólo ligeramente superior al de España) y las que tienen más de 200 trabajadores no llegan al medio millar.

"Queda bastante por avanzar, en el área en la que estamos, nos vamos a quedar con actividades que incorporen mucha tecnología y eso es mucho más difícil y costoso en pequeñas empresas", indica Villalba, quien destaca que incluso en sectores en los que Andalucía tiene una presencia relevante, como el mercado inmobiliario o el sector turístico, la existencia de grandes firmas regionales es casi testimonial.

Un reciente sondeo encargado por el Observatorio Económico de Andalucía, en el que se preguntó, entre otros expertos económicos , a los responsables de las 151 empresas andaluza con mayor volumen de negocio, señalaba la iniciativa empresarial, la cualificación de los trabajadores y la innovación como los factores determinantes para el desarrollo económico andaluz. Pero los propios encuestados consideraban que el nivel de la economía andaluza en alguno de estos factores, como la iniciativa empresarial o la innovación técnica, es muy bajo con relación a la importancia que le dan para el desarrollo económico.

La innovación también se encuentra entre los destinos prioritarios, a juicio de estos expertos, de las ayudas públicas. Sin embargo, en la incorporación de nuevas tecnologías al sistema productivo es el sector privado el que falla. La Junta, que ha diseñado un plan específico para la innovación e impulsa una veintena de espacios tecnológicos, sostiene con sus recursos y los que vienen de fondos estatales el gasto en I+D en el 0,6% del PIB andaluz, lejos del 1% considerado como objetivo mínimo.

Un mensaje que caló

La alusión a la necesidad de más emprendedores para impulsar el crecimiento económico en Andalucía inundó los mensajes políticos en las pasadas elecciones. Desde entonces, el reconocimiento del protagonismo empresarial en la generación de riqueza es un argumento habitual en las propuestas de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP.

Aún es pronto para saber si ese mensaje político se reflejará de modo apreciable en las estadísticas. Donde sí parece haber calado es en la opinión de los andaluces. Una encuesta a 3.200 personas difundida ayer por la fundación para el desarrollo del sur de Europa, vinculada a la CEA, deja a las claras que la imagen del empresariado ha mejorado notablemente. Así, con relación a un sondeo similar realizado a principios de 2001, el 33% de las personas consultadas aconsejaría como actividad laboral a desarrollar la de empresario, frente al 24% que elegía esa opción hace tres años.

La valoración media que dan los encuestados a las "aportaciones del mundo empresarial a la sociedad" mejoran todas las notas que se concedieron hace tres años, sobre todo en lo referente a "creación de empleo" y "generación de riqueza".

El exceso de trámites, la falta de ayudas públicas y los costes laborales son, según las personas entrevistadas, los motivos que frenan más a menudo la iniciativa empresarial. La opinión general sobre los empresarios también ha mejorado respecto a 2001: un 85% de los consultados la tienen buena o regular, cuando ese porcentaje era diez puntos inferior hace tres años. Los entrevistados consideran, además, que el fomento de la creación de las nuevas empresas desde la Administración apenas merece un aprobado raspado.

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