Las mujeres entran en la policía de Afganistán 10 años después

Siete mujeres policía comenzaron ayer a patrullar Kabul tras una década de guerras y de integrismo religioso de los talibanes. Todas ellas son viudas y no trabajarán de noche para encargarse del cuidado de sus hijos. EE UU y la Unión Europea estudian aplazar las elecciones en Afganistán, previstas en principio para junio. El clima de inseguridad que vive el país y la dificultad de inscribir a los votantes aparecen como los principales escollos.

Durante el régimen de los talibanes, que fue derrocado tras la guerra lanzada por Estados Unidos en el otoño de 2001, la mujer tuvo prohibido trabajar o acudir a la escuela. "Queremos participar junto con nuestros hermanos en servir a nuestro país", afirmó ayer Gulalai, una viuda de 35 años que tiene seis hijos. Se da la circunstancia de que las siete nuevas policías son viudas. "Estamos preparadas", añadió, "para patrullar o para vigilar controles policiales, pero no podemos trabajar por las noches porque nadie se puede encargar de atender a nuestros hijos".

Esta normalización en algunos aspectos de la vida afgana se ve empañada por los continuos atentados y por las dificultades de elaborar un censo electoral. No obstante, un portavoz del presidente, Hamid Karzai, abogó por mantener la fecha de los comicios para junio. A pesar de reconocer que se trataba de un desafío, el portavoz Jawed Ludin manifestó ayer en Kabul: "Nuestra meta es mantener las elecciones, tal como estaban previstas, y estamos trabajando en ese sentido". En los últimos meses, los atentados se han sucedido en Afganistán y han costado la vida a cerca de 550 personas. Esta situación impide a los equipos de la ONU trabajar en la inscripción de votantes en algunas zonas del país. Hasta la fecha sólo han sido inscritas un total de 900.000 personas sobre un censo electoral estimado en diez millones y medio de votantes.

Altos funcionarios norteamericanos no identificados han señalado que estudian la posibilidad de aplazar las elecciones debido a la inseguridad. Esta posibilidad choca con los deseos del equipo del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que desearía, durante su campaña electoral de noviembre, rentabilizar como un éxito las elecciones en Afganistán. Tras la guerra desencadenada contra los talibanes y las bases de Al Qaeda en otoño de 2001, el régimen integrista se derrumbó. Pero en los dos años y medio transcurridos, Afganistán no ha reconstruido una infraestructura política en muchas regiones del país que son zonas sin ley. El despliegue de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés), bajo mando de la OTAN, se reduce a Kabul y a Kunduz.

El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, se mostró ayer partidario de concentrar las elecciones presidenciales y parlamentarias. "Puede", matizó, "que sea imposible hacerlo, dado el tiempo que queda". El alto funcionario de la UE admitió en Bruselas, en una rueda de prensa con el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, que se había previsto con Karzai un posible aplazamiento de los comicios. Karzai es el claro favorito para ganar las elecciones presidenciales.