A Freud lo que es de Freud
El psicoanálisis parece haberse convertido en una suerte de "lengua menor", por un triple motivo. En primer lugar, el pensamiento conservador siempre lo consideró una pretensión escandalosa e indecorosa frente a la "asepsia" de la medicina clínica ordinaria. En segundo lugar, el positivismo cientifista, incluso el más progresista, nunca lo aceptó ni le encontró acomodo alguno en el espacio epistemológico, y a menudo señaló su vergonzoso parentesco con prácticas tan poco científicas como la cura de almas o el chamanismo, a pesar de su innegable influencia social. Sometido a este doble acoso, encontró, sin embargo, un relativo refugio al amparo de las "ciencias humanas", especialmente de la mano de Jacques Lacan, en los momentos de mayor crédito del paradigma estructuralista y, especialmente en la estela de la Escuela de Francfort (aunque no sólo en ella), mantuvo una relación amistosa con el pensamiento de izquierdas, que siempre consideró la figura de Freud como un referente teórico de valor comparable al de Marx. Los efectos secundarios de la eclosión de los movimientos alternativos y de la antipsiquiatría, y la ofensiva teórica de Foucault contra las ciencias humanas y de Deleuze y Guattari contra la "edipización del inconsciente" acabaron socavando en la década de los setenta del siglo pasado ese último vínculo con la cultura contemporánea. En consecuencia, y en tercer lugar, quedó marginalizado o ignorado en gran parte de las instancias académicas de transmisión del saber. Se da así la paradójica circunstancia de que Freud, cuya personalidad intelectual no fue en su momento de menor calado que las de Max Weber, Simmel o Karl Kraus, aparece hoy como mentor de un discurso olvidado y socialmente valorado como extravagante, aunque sin embargo tenga a su cuidado, paradójicamente, el sufrimiento de un número muy importante de almas de nuestras sociedades contemporáneas. Todo ello provoca un efecto de exclusión para una palabra cuya falta es un déficit, no solamente para la historia cultural reciente de nuestro país y de nuestra lengua, sino también para la capacidad de comprender lúcidamente nuestro presente. En este contexto, es preciso saludar la valiosa iniciativa de la colección Estudios Lacanianos que, en la editorial Síntesis, dirige el prestigioso pensador y psicoanalista Jorge Alemán, en cuyas obras propias siempre se ha intentado establecer un vínculo claro del psicoanálisis con el resto de las áreas culturalmente más vivas de nuestro tiempo y, en especial, con la filosofía. Las nuevas patologías mentales, la exploración del lugar del psicoanálisis frente a la teoría queer, el uso de lo que Freud llamaba "novela familiar" en la literatura moderna o la definición de una estética "lacaniana" son algunos de los temas de la colección que, junto con la nómina de sus autores -entre los cuales se encuentran Jean-Luc Nancy, Slavoj Zizek, Judith Butler o Eugenio Trías-, dan idea de que no solamente se trata de un intento de paliar la inexplicable injusticia que la cultura oficial comete día tras día con la herencia de Freud, sino de hacerlo en una perspectiva que no está dirigida a especialistas clínicos o iniciados, y que se presenta como abierta y nada sectaria, con voluntad de mostrar al público culto que, pese al desafecto con que a menudo se la trata, la cultura psicoanalítica no está en absoluto aislada en el ámbito de los debates de hoy, sino plenamente implicada en ellos.
. Jacques-Alain Miller.
. Jean-Luc Nancy.
. Blas Matamoros.
De próxima publicación en la misma editorial:
. Judith Butler.
. Slavoj Zizek.
Filosofía del límite e inconsciente, conversación con Eugenio Trías con Jorge Alemán y Sergio Larriera.
. Javier Sáez.
Vanesa Larriera.
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