Una exposición recorre en Sevilla tres siglos de fascinación por las imágenes del 'Quijote'
La muestra reúne 168 ilustraciones de artistas de la talla de Goya, Hogarth y Doré
Pocos libros han atravesado tantas épocas y países como el Quijote. Los personajes de la obra de Cervantes trazaron un punto y aparte en la historia de la narrativa. Y fueron también motivo de la creación de centenares de artistas y dibujantes de todo el mundo. Sevilla acoge desde ayer una exposición que muestra 168 dibujos de las ediciones del Quijote entre los siglos XVII y XIX. El Museo de Bellas Artes y la Casa Fabiola, sede de la Fundación José Manuel Lara, albergan esta muestra hasta el 11 y el 2 de abril, respectivamente.
Imágenes del Quijote. Modelos de representación en las ediciones de los siglos XVII al XIX propone un itinerario fascinante por uno de los libros cumbre de la literatura. Artistas y dibujantes de talla mundial como Francisco de Goya, William Hogarth o Gustave Doré sintieron en algún momento de su vida la llamada del Quijote y aportaron su grano de arena en una estela interminable. Desde su publicación en los inicios del siglo XVII -en 1605, la primera parte; en 1615, la segunda- el Quijote se convirtió en la clave decisiva de un vuelco en la novela.
Fue un libro que circuló por Europa con la rapidez de la pólvora. Renovadores fundamentales de la narrativa europea como Laurence Sterne, autor de La vida y las opiniones del caballero Tristram Shandy, bebieron en las fuentes de Cervantes. Y lo mismo pasó con dibujantes e ilustradores, prestos a poner en imágenes las aventuras de un caballero que eran también un formidable negocio editorial. Estas estampas materializaron en el imaginario colectivo las figuras de Don Quijote y Sancho, así como las de aquellos personajes que se cruzaban en su camino.
La exposición está formada por estampas y dibujos procedentes mayoritariamente del Legado Ashbee, de la Hispanic Society of America (Nueva York), y de colecciones públicas y privadas españolas (Real Academia Española, Biblioteca del Cigarral del Carmen de Toledo, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entre otras). La muestra se exhibió el pasado otoño en el Museo del Prado y la Calcografía Nacional.
El director del Museo de Bellas Artes de Sevilla, Ignacio Cano, afirmó ayer que la exposición "sorprende por las diversas procedencias de estas ediciones". "Todo el mundo ha prestado interés al Quijote. Ha sido una obra verdaderamente interesante para el público de cualquier lugar y de cualquier época. Esto ha dado lugar a que la riqueza de las representaciones del Quijote no tengan precedentes", comentó Cano.
Además de los dibujos citados de Goya, Doré y Hogarth, la muestra ofrece el trabajo de otros artistas, tales como Jacques Lagniet, Charles-Antoine Coypel, Jean-Honoré Fragonard, Daniel Chodowiecki, Luis Paret, Robert Smirke, Ricardo de los Ríos, Adolphe Lalauze y Gottfried Franz, entre otros.
La exposición da testimonio también de las cambiantes interpretaciones dadas a la obra de Cervantes a lo largo de los años. La elección de los capítulos y episodios a ilustrar y las técnicas y formatos empleados son un buen botón de muestra de las transformaciones sociales y culturales experimentadas en el mundo. Su reflejo es palpable en las ilustraciones del Quijote. La exposición pretende asimismo ser un preámbulo del cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote, que se celebrará el próximo año.
El emperador chino y la Hispanic Society of America
Miguel de Cervantes comenta, en la dedicatoria a la segunda parte del Quijote, el interés del emperador de la China por recibir la continuación de las aventuras del caballero. El escritor pone en el pensamiento del exótico monarca la idea de fundar un colegio donde leer la novela en castellano.
Cervantes quería con esto gastar una broma que le sirviera para criticar a Alonso Fernández de Avellaneda, autor de la segunda parte apócrifa del Quijote. Con todo, las palabras del escritor fueron premonitorias. Un siglo más tarde, las estampas del Quijote llegaron a China y sirvieron de modelos para la industria de la porcelana. Tapices, bordados y naipes también reflejaron la figura cervantina.
El papel de la Hispanic Society of America en la exposición de ilustraciones del Quijote es un nítido ejemplo del poder de irradiación de la obra de Cervantes. Mitchell A. Codding, director de la Hispanic Society of America, recordó ayer que esta institución celebra este año su cuarto centenario tras su fundación en 1904 por el neoyorquino Archer Milton Huntington (1870-1955), "un gran coleccionista de lo hispánico".
Codding dijo que el núcleo de lo expuesto procede de la colección de estampas del Quijote formada a finales del siglo XIX por el inglés Henry Spencer Ashbee (1834-1900), quien las adquirió durante los últimos 20 años de su vida. Lingüista y bibliófilo, Ashbee dedicó gran parte de su dinero y su talento a engrosar su colección. Ashbee fue un personaje victoriano que mantuvo en su faceta pública la buena fama de un respetable hombre de negocios. Al mismo tiempo, fue para un escogido grupo de personas un destacado coleccionista de literatura y estampas pornográficas. Ashbee es asimismo autor de una iconografía del Quijote entre 1605 y 1895 fundamental en los estudios cervantinos.
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