Dogmatismo
El Gobierno catalán anunció la semana pasada que retirará los conciertos educativos a los colegios que no sean mixtos, mediante un decreto de inmediata aplicación para el curso 2004-2005. En mi opinión, el debate entre la coeducación y la educación diferenciada no debe mantenerse en la esfera política, sino en la educativa, y deben ser las familias quienes elijan la educación que quieren para sus hijos. Ambos modelos presentan sus ventajas y sus inconvenientes. La educación diferenciada no pretende ningún tipo de "segregación por razón de sexo", como afirman los socialistas catalanes. Este sistema educativo sostiene que el desarrollo de los chicos y las chicas es diferente, ya que ellas maduran antes, y durante una serie de años hay un desajuste que se equilibra al final de la adolescencia. Se trata de una opción educativa que puede ser discutible -igual que la coeducación-, pero hasta el momento no se ha podido demostrar que sea inferior. Si hay familias que quieren optar por este modelo, ¿por qué los socialistas se empeñan en que no cuenten con los mismos derechos que otros?
No hace falta ser un gran economista para suponer qué sucedería con la viabilidad económica de estos colegios si se suprimieran los conciertos. Los socialistas catalanes también se han dado cuenta y aprovechan su paso por el Gobierno para intentar imponer su ideología con un dogmatismo sorprendente. Parece que la libertad sólo existe para elegir lo que ellos piensan, y para asegurarlo pretenden eliminar de un plumazo el pluralismo de la oferta educativa.
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