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Una residencia gerontológica navarra incorpora perros para tratar las demencias

Dos cachorros, de pastor vasco y labrador retriever, han revolucionado la rutina de la residencia Amma Mutilva. Aunque ellos no lo sepan, Argi y Urki, de trece semanas de vida, son los nuevos terapeutas de la Unidad de Memoria de este centro gerontológico navarro, ubicado en la localidad de Mutilva, junto a Pamplona. Su llegada significó un sustancioso cambio en las pautas de comportamiento, comunicación y sociabilidad de un buen número de los 175 ancianos residentes, aquellos que presentan algún tipo de demencia incipiente, trastorno afectivo o alzheimer.

Durante la presentación de la terapia asistida con animales, que hasta la fecha se había desarrollado con pájaros y peces, los cachorros no paraban de subir al regazo de los ancianos.

Los enfermos con demencia, parecían despertar de su letargo con el juego de los perros, poner más atención a lo que ocurría alrededor e incluso mejorar su capacidad motriz.

Manuel Goikoetxea, residente de 68 años, reconocía que la presencia del perro le animaba y les estaba haciendo hablar de cosas no cotidianas hasta ese momento. "En mi casa teníamos muchos perros", señaló Magdalena, natural de Ziordia. "Me gustaría sacarlos a pasear al jardín", comentaba otra de las ancianas. Las palabras de estas personas evidenciaban el resultado inmediato de una terapia experimental no demasiado frecuente que, según señaló Santiago Garde, director del centro, revela el carácter humanizador del animal de compañía por excelencia. Gracias al cachorro, los residentes y los pacientes del centro de día, que también accederán al programa, se relacionarán más, adoptarán pautas de responsabilidad y practicarán un ejercicio físico suplementario. Su presencia puede incluso reducir el consumo de pastillas, sirviendo de terapia alternativa a los psicofármacos.

Los cachorros fueron aportados por la fundación Affinity, responsable de la financiación al 100% de la iniciativa, incluyendo el control veterinario y sanitario de los perros, un aspecto muy importante ya que "los animales sólo son fuente de salud si su propia salud es perfecta", como ha recordado Elisenda Estañol, portavoz de la fundación.

Los cachorros generan atención, impulsan preocupaciones y sacan de una rutina de aislamiento a los pacientes, atendidos por un equipo de expertos que vigila los síntomas de deterioro cognitivo. Una de las psicólogas del centro apuntó otra probable ventaja del nuevo equipo terapéutico de cuatro patas: "Seguro que los nietos e hijos vendrán más a menudo a ver a sus padres o abuelos para jugar y pasearlos por el jardín".

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Argi y Urki vivirán desde este mes ya en sus flamantes casetas ubicadas en uno de los jardines del complejo. La terapia asistencial con animales es utilizada también en el tratamiento de niños e incluso de delincuentes en procesos de reinserción.

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