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Nadine Trintignant cuenta en un libro la angustia de una madre tras la muerte a golpes de su hija

Aurora Intxausti

Dolor por la muerte, dolor por la ignorancia, dolor por la impotencia. Las palabras de Nadine Trintignant en Mi hija Marie (mr ediciones) son estremecedoras. En 150 páginas, esta mujer reconstruye los últimos momentos vividos con su hija y repasa aquellos instantes de la vida de ambas, en los que los silencios ocultaban la tragedia que una de ellas estaba viviendo.

Cobran especial significado los mensajes que Marie le enviaba y que, según la madre, tenían un sentido que no supo entender. El libro que ahora se publica en España ha sido prologado por Icíar Bollaín.

La actriz francesa Marie Trintignant murió en julio de 2003. La muerte, según el informe forense, se debió a los golpes brutales que le propinó, supuestamente, su pareja, Bertrand Cantat, vocalista del grupo Noir Désir. Marie se encontraba rodando una película en Vilniu (Lituania) a las órdenes de su madre cuando fue asesinada por su compañero sentimental. "No vi. No comprendí la amenaza que pendía sobre ti. Pueblas mis noches. Revivo tu última hora. Tuviste tiempo para tener miedo. Miedo a morir". Nadine inicia así un relato de culpabilidad y rabia. "Amor mío, mi hijita querida, perdón". Recuerda también las cartas de aliento de los amigos que recibió tras la muerte de Marie y lo insoportable de su ausencia. "Debo aprender a no seguir aguardando tu llegada. No es fácil".

Nadine escribe sobre el momento en que supo de la muerte de la actriz y la fuerza de sus palabras resultan sobrecogedoras. "En el terraplén, delante del hospital, el miedo penetró en mi vientre como un puñetazo cuando vi a tu hermano sollozando". Y volviendo la mirada vio a Bertrand Cantat. "Tu asesino merodeaba, cabizbajo, avergonzado, despreciable como si sólo hubiera gastado una broma sucia". La madre, convencida de que su hija podía haberse salvado, relata cómo el supuesto asesino se ensañó con su víctima después de golpearla. "Te desnudó, te metió en la cama, bajo un edredón, y pasó más de cuatro horas hablando por teléfono con París antes de llamar a Vincent". Los golpes que recibió Marie fueron similares, según el cirujano, a la fuerza de una moto lanzada a 200 kilómetros por hora contra un muro.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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