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Tribuna:El 'caso Carod' y las elecciones andaluzas
Tribuna
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Sospechas y sombras

Sumo mi pluma a las que por activa y por pasiva han censurado la torpeza de Carod Rovira. Y lo hago acusándole no sólo de un encuentro impresentable con la escoria de ETA, sino de haberle renovado los argumentos a quienes vienen censurando desde el principio un gobierno tripartito, que a mi entender debiera cuidarse con esmero por lo que representa de esperanza para la izquierda en Cataluña y en toda España.

Carod Rovira ha pagado su error. El PSOE ha hecho gala de una gran cohesión y coherencia internas, que han reforzado el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Ahora el foco cae sobre el Partido Popular y como un boomerang el escándalo se ha vuelto contra ellos. Hoy, el Gobierno del PP está bajo sospecha. Los españoles nos sentimos más inseguros y más manipulados.

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Cualquier escenario de los que se contemplan es de extraordinaria gravedad política. Si el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) seguía a Carod Rovira sin orden judicial, malo. Si el CNI seguía a la cúpula de ETA y nada hizo por detenerlos, peor. Si se trata de un chivatazo, pobre operación de seguridad en la que se pone en riesgo las fuentes desvelando una misión supuestamente secreta. Y en todas estas alternativas, ¿quién filtra informes de tan extraordinaria sensibilidad?

El PP está dispuesto a todo, como siempre, para conseguir o mantenerse en el poder y su carencia de escrúpulos comienza a ser una patología en la democracia española.

No dudan en jugar con las bajas pasiones si encuentran rédito político en vincular la inmigración con la delincuencia. Hinchan el pecho para gritar ¡España!, pero torpedean al Gobierno catalán menos nacionalista de la historia. Expresan ridículas soflamas como la de Teófila Martínez sobre la indecencia de pactar con Esquerra Republicana de Cataluña, mientras el PP mantiene acuerdos municipales con esa formación política. Confunden sin rubor a los violadores con quienes defendemos un universo de libertad e igualdad en las relaciones afectivas.

Llevan el integrismo religioso de tanto ministro-legionario a las escuelas y a la ciencia y planean por encima del bien y del mal sin que les pese la mochila cargada de crímenes de guerra que llevan a sus espaldas, tras haber participado en la más severa vulneración de la legalidad internacional que ha sido la Guerra de Irak.

Me produce una honda inquietud y un malestar asfixiante y amargo cuando pienso que el escepticismo o la inacción democrática de tanta ciudadanía progresista pudiera permitir que tan detestables acciones y comportamientos políticos les puedan salir gratis a esta gente que hoy con la gaviota, ayer con el águila bicéfala, planean, proyectando sombras, sobre nuestras esperanzas y convicciones más profundas.

Mar Moreno es vicesecretaria general del PSOE de Andalucía.

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