Los actos antisemitas en Europa crecieron tras la Intifada
Una conferencia debate en Berlín el creciente rechazo a los judíos en el Viejo Continente
Son apenas 105 páginas, pero en noviembre pasado bastaron para desatar una pequeña tormenta política. El informe Manifestaciones del antisemitismo en la Unión Europea, elaborado por un instituto alemán para el Centro Europeo de Observación del Racismo y la Xenofobia (EUMC en sus siglas en inglés), constata un aumento de los ataques a la población judía, en buena parte atribuido a la militancia de grupos islamistas y jóvenes de origen árabe. El documento sólo se conoció a través de filtraciones en Internet; el EUMC hubiese preferido guardarlo en sus anaqueles. "Censura", sospecharon muchos. Un trabajo de "baja calidad" que no merecía ser publicado, se defendió el EUMC. Pero el debate es mucho más intrincado de lo que sugieren estos extremos, según quedó en claro en la conferencia Antisemitismo hoy, organizada esta semana en Berlín por la fundación Heinrich Böll, adscrita a Los Verdes.
Sobre todo en el año 2002, en muchos países europeos hubo un considerable aumento de los ataques, las amenazas y las campañas de difamación contra la población judía. De eso no hay ninguna duda. Las agresiones y ofensas provinieron no sólo de ultraderechistas y políticos del centro con inclinaciones antisemitas, sino también de grupos de la comunidad musulmana e incluso de la extrema izquierda. Una fecha a considerar es el inicio de la segunda Intifada, en septiembre de 2000. Desde entonces, el conflicto entre Israel y Palestina se expande también en Europa. "En nombre de la crítica a Sharon, se ha comenzado a legitimar cualquier ataque contra los judíos", sostuvo el filósofo francés Alain Finkielkraut al denunciar una alianza "islamo-progresista" con supuesta tendencia antisemita.
¿Pero es realmente lo mismo la hostilidad contra Israel y la hostilidad contra los judíos? Brian Klug, catedrático de Filosofía en Oxford, remarcó las diferencias: "Los antisemitas ven a los judíos como un elemento extraño, como un parásito que conspira para hacerse con el control del mundo. Esto ha cambiado muy poco a lo largo de los siglos. El antisionismo, en cambio, es un punto de vista político que se opone al Estado de Israel", indicó. Es decir: "Se puede ser antisionista sin ser antisemita". Aunque ambas posturas puedan traducirse en ataques violentos, más vale no confundirlas: "De un análisis que entremezcle ambos factores es imposible que salga una buena política", dijo.
Otro investigador británico, Antony Lerman -judío al igual que Klug- incluso puso en duda la existencia del "nuevo anti-semitismo" postulado por Finkielkraut. "Yo, bajo este mismo rótulo, ya en 1992 participé en conferencias en las que también se discutió sobre el islamismo y su influencia entre los inmigrantes árabes", recordó el director de la Fundación Hanadiv.
Pero en países como Francia y Alemania la preocupación au-menta. "Entre los jóvenes musulmanes es moneda corriente un antisemitismo que no sólo se expresa en intensas discusiones sobre Oriente Próximo, sino también en la firme creencia de que la conspiración judía existe", relató Eberhard Seidel, periodista alemán. Antisionismo y antisemitismo, en este ambiente, desde hace años se funden en un único y peligroso discurso.
El Gobierno de Israel a veces se sirve del supuesto renacimiento antisemita para rechazar las críticas europeas a su política en los territorios ocupados, según reconocieron varios conferenciantes israelíes. Pero aun si se rechaza este recurso retórico, queda un problema de fondo muy vinculado al Holocausto. "No puedo evitar el temor de que se pase de considerar a Israel como el gran problema de Oriente Próximo, a pensar que el problema es la población judía, en general", explicó la periodista Avirama Golan. Sobre esta línea argumentó el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer: "Se puede criticar a Israel, pero la pregunta es sobre qué base. Si se reconoce el derecho a la existencia de Israel, las críticas son escuchadas, rebatidas quizás, pero nunca rechazadas de plano. Esto sólo sucede si se niega este derecho", recordó.
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