Israel censura a la BBC por un documental sobre sus armas
Si el Gobierno británico acusó a la BBC de minimizar la amenaza que suponían las armas de destrucción masiva de que supuestamente disponía el régimen de Sadam Husein, el Ejecutivo israelí llegó a boicotear temporalmente a la cadena británica por maximizar el riesgo que suponen sus propias armas nucleares y biológicas. Después de mantener unas tensas relaciones a lo largo de toda la Intifada, la gota que colmó el vaso fue un documental de la prestigiosa serie Corresponsales. La emisión el pasado verano de El arma secreta de Israel, producido por la periodista Olenka Frankiel, hizo que los portavoces oficiales israelíes se negaran durante meses a conceder entrevistas al ente público británico, en señal de protesta por la forma en que presentó el que está considerado el secreto mejor guardado de Israel.
Durante 50 minutos, esta reportera intenta reconstruir el desarrollo del programa nuclear, cuyo principal ingeniero fue el entonces mano derecha del primer ministro David Ben Gurión y actual líder de la oposición, Simón Peres. Entrevistado por Frankiel, Peres evita contestar a las preguntas relativas a lo que se conoce como "política de ambigüedad nuclear". Ésta consiste en no confirmar ni negar que Israel dispone de un limitado arsenal nuclear, que los servicios de espionaje occidentales cifran en 200 cabezas de pequeño tamaño.
Asimismo, el veterano dirigente laborista escurre el bulto al ser cuestionado por la peculiar detención (fue secuestrado en Roma por agentes del Mosad, servicio secreto israelí) y condena a cadena perpetua en 1986 de Mordechai Vanunu, el científico que puso el cascabel al gato. Vanunu -quien trabajó en el reactor nuclear de Dimona y osó romper lo que su abogado, Avigdor Feldman, denomina "el tabú del secretismo de la sociedad israelí"- continúa entre rejas por haber desvelado un secreto de Estado al The Sunday Times británico.
Derecho a la información
En un reciente debate organizado por la Filmoteca de Jerusalén, tras la proyección del polémico documental, el titular de la delegación de la BBC en Israel, Andrew Steele, antepuso el derecho a la información de los ciudadanos sobre la razón de Estado. "Existe un ethos del no preguntes, no hables, en torno al caso de Vanunu, que hace que los políticos se nieguen a comentar el asunto", denunció Steele. De hecho, la primera discusión en el pleno de la Knesset (Parlamento israelí) fue introducida hace sólo tres años por el diputado árabe Issam Mahoul, quien fue rápidamente reprendido por la mayoría de los parlamentarios.
Otro de los participantes, un prestigioso columnista del diario liberal Haaretz, Danny Rubinstein, alabó la profesionalidad de la BBC y la oportunidad del reportaje. Aún así, Rubinstein, conocido simpatizante de la izquierda en Israel, señaló que "algunas informaciones estaban exageradas". El periodista también condenó otras por "maliciosas".
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