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Una antológica para revisar a Echevarría

La Fundación Mapfre Vida reúne 70 cuadros de todas las etapas del artista vasco

La primera revisión de la obra del pintor Juan de Echevarría (Bilbao, 1875-Madrid, 1931) se presentó ayer en la Fundación Cultural Mapfre Vida, de Madrid (avenida del General Perón, 40), en una coproducción con el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde se montará en abril. El artista forma parte de los movimientos internacionales posimpresionistas, tras su estancia en París entre 1903 y 1914, que traduce en un lenguaje personal unido a la pintura vasca, según Pablo Jiménez, director de la fundación. En otra sala se exponen 30 dibujos de Joan Junyer (1904-1994).

La comisaria de la exposición, Verónica Mendieta, autora de una tesis doctoral sobre Juan de Echevarría, ha reunido en la antológica 70 pinturas de las etapas y temas del artista, desde sus comienzos en París a principio de siglo, al formar un estilo en un tiempo posimpresionista al descubrir el color, y Gauguin, con una visión sintética, lírica, y con un sentido decorativo. "Sus primeros retratos, de tonalidades frías, desprenden una fuerza singular, con un expresionismo más cercano a la tradición española que a la francesa", declara Mendieta. De esta etapa se exponen también sus primeras naturalezas muertas y floreros.

El regreso a España, por la Primera Guerra Mundial, coincide, según la comisaria, con un cambio de paleta en sus figuras, con una gama caliente de registro de color y sensualidad, en las gitanas de su etapa andaluza, y gamas frías en los paisajes y personajes castellanos. La galería de escritores de la generación del 98, desde su estancia en Madrid en 1918, ocupa una parte del montaje, con los retratos de Valle-Inclán, Unamuno, Baroja, Azorín y Juan Ramón Jiménez. "Aunque es el retratista más completo de esta generación, Echevarría no pertenece al 98, ya que no existe una sintonía con su manera pictórica, la técnica moderna y excesivamente audaz para la línea tradicional preferida por los intelectuales". La exposición continúa con nuevas composiciones de naturalezas muertas y floreros, con influencias del arte oriental en el sentido decorativo, y la última etapa de grupos de gitanas y los paisajes de Ondárroa y de Madrid. La comisaria señala que es poco conocido su papel activo en la primera vanguardia del arte español y en el proceso de modernización de la vida artística y cultural, siendo uno de los firmantes del manifiesto de los Ibéricos.

El historiador y crítico de arte Guillermo Solana, que escribe en el catálogo un estudio sobre Juan de Echevarría, destacó ayer la influencia del posimpresionismo que conoce en París, sobre todo de Cézanne, en los bodegones, de Van Gogh, en los retratos, y de Gauguin, en la serie de las gitanas. "Gauguin soñaba con venir a España y Echevarría recoge en sus gitanas el enigma de lo primitivo que hubiera pintado Gauguin". El director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, señaló la importancia del pintor en la escuela vasca y en una etapa de desarrollo industrial, con una sociedad de espíritu cosmopolita.

Retrato de Ramón del Valle-Inclán, pintado por Juan de Echevarría en 1922.
Retrato de Ramón del Valle-Inclán, pintado por Juan de Echevarría en 1922.
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