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LA PRECAMPAÑA DEL 14-M

Rato acusa al Gobierno catalán de tener una actitud "desafortunada" ante los cierres de empresas

El ministro de Economía afirma que la agenda del Ejecutivo tripartito "no coincide con la realidad"

El vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, aprovechó ayer su presencia en el Foro Económico de Davos para atacar en una rueda de prensa al Gobierno catalán, que preside Pasqual Maragall, por "su reacción desafortunada, deshilachada e improvisada" ante el anuncio de la empresa Samsung de cerrar su planta en Cataluña y el de Nissan de efectuar posibles recortes de empleo. Maragall, en Davos, no quiso hacer declaraciones. La presidencia de la Generalitat difundió un comunicado en el que censuró los ataques del ministro de Economía.

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En ese comunicado, la presidencia de la Generalitat indica que "extraña que algunos miembros del Gobierno que tenían un estilo diferente [en referencia a Rato] hayan acabado adoptando una actitud perjudicial para Cataluña y España".

Rodrigo Rato llegó a la ciudad alpina de Davos, donde se celebra el Foro Económico Mundial el pasado viernes, día 23, y se dirigió enseguida a la cena de ministros de países latinoamericanos a la que acudió el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, el único jefe de Estado presente. Rato se perdió parte de la cena, pero aprovechó para enfatizar una idea: los países latinoamericanos, dijo, necesitan reformas políticas para lograr que sus parlamentos respectivos lleven adelante las reformas económicas.

En la cena también acudieron el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, y el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y su esposa, Marta Ferrusola. Pujol urgió a los países latinoamericanos a hacer reformas y puso como ejemplo al Gobierno español (PP), que llevó adelante la entrada de la peseta en la moneda única, el euro. Rato elogió a Pujol. "Para mí Jordi Pujol será siempre el president de la Generalitat", señaló. Marta Ferrusola unió sus mejillas a las de Rato y le dio dos besos. "Sabes que siempre he sido una fan tuya", le espetó.

Ayer por la tarde mientras Maragall se reunía con el presidente de la multinacional holandesa Phillips, Gerard J. Kleifperlee, en otra parte de la ciudad se desarrollaba otra escena. Rato ofrecía una rueda de prensa en su hotel, en la que enfatizó que se había reunido con el presidente de la empresa norteamericana Cisco Systems, John Chambers, y tenía en agenda un encuentro con representantes de Hewlett Packard, con quienes pretendía saber qué perspectivas de crecimiento veían en España. Un periodista de Efe se limitó a recordar que empresas radicadas en Cataluña se están marchando.

"Y otras que vienen", dijo Rato. Y, sin pausa, arremetió: "El Gobierno tripartito tiene una agenda que no coincide en nada con la realidad y eso ha sido obvio mucho más rápido de lo que yo esperaba. Tiene repuesta a muchas cosas que no son importantes, como se ve en su reacción ante un problema importante para Cataluña como es la inversión empresarial. No ha podido ser más desafortunada, deshilachada, improvisada su respuesta". Y pasó el anuncio: "En Cataluña, el Gobierno nacional ha hecho acuerdos en materia textil y en telecomunicaciones para aumentar la inversión tecnológica. No creo que el Gobierno se tenga que enfadar sino trabajar con las empresas. De eso debería ocuparse el actual tripartito. Le ha sorprendido la realidad. Esperamos que se dé prisa y nos dé alguna colaboración importante".

Poco después de dejar al presidente de Phillips, Maragall recibió sorprendido el ataque. Decidió no hacer declaraciones. Pero se puso en contacto con Barcelona. La presidencia de la Generalitat difundió enseguida un comunicado, indudablemente sugerido por Maragall. "Extraña que algunos miembros del Gobierno que tenían un estilo diferente [en referencia a Rato] hayan acabado adoptando una actitud perjudicial para Cataluña y España", dice la nota. En relación al cierre de fabricas, señala que "el Gobierno catalán no actuará a la defensiva, preferimos admitir que hay fases de la producción en las que no somos ni seremos competitivos, que se irá a otros países de sueldos bajos y en cambio fomentaremos la instalación en Cataluña de las fases altas de los procesos productivos, intensivos en capital humano y conocimiento". El comunicado señala que también en Alemania y en el Reino Unido se han marchado empresas. "Lo único que pasa es que de la derecha catalana y española son menos educados que los de la derecha alemana e inglesa", añade.

Ayer, ante la pregunta de si será ministro en un futuro Gobierno de Mariano Rajoy, Rato dijo: "No es el momento para contestar esa pregunta".

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