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Los extracomunitarios copan las altas de inmigrantes en la Seguridad Social

El colectivo de extranjeros afiliados creció un 13,5% el pasado año

La afiliación extranjera a la Seguridad Social ha experimentado un giro radical en el último lustro. A diciembre de 2003, los inmigrantes extracomunitarios, con 80.941, triplicaban a los europeos asegurados en la Comunidad Valenciana. La colonia extranjera dada de alta, tanto de comunitarios como de fuera de la Unión Europea (UE), siguió en 2003 su crecimiento incesante, con un aumento de un 13,5% respecto a 2002, según datos del Ministerio de Trabajo. En los dos últimos años, Valencia acaparó las nuevas altas inmigrantes con una subida del 49%.

En sintonía con el resto del territorio nacional, el ritmo que ha alcanzado la cotización global de extranjeros en la Comunidad Valenciana en los últimos cinco años es espectacular: de 29.192 foráneos asegurados en diciembre de 1999 a 109.192 al mismo período de 2003. Esta cifra supone que un total de 80.000 trabajadores extranjeros se han incorporado al sistema público laboral desde el año 1999.

Los datos recabados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales al cierre del pasado ejercicio certifican la incesante incorporación de los extranjeros al ámbito laboral en la Comunidad Valenciana. Pese a que Alicante, con 49.197 afiliados, continúa a la cabeza de las provincias con mayor número de extranjeros que trabajan de manera reglada, Valencia se ha arrogado el primer puesto en la clasificación de las tres provincias con mayores incrementos porcentuales, desde 2001. En tan sólo dos años, el colectivo extranjero asegurado en Valencia aumentó un 49%. Si en 2001 la colonia extranjera afiliada alcanzó los 22.159, esta cifra se elevó en 43.438 el pasado año, según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Las provincias de Alicante y Castellón, por contra, registraron crecimientos más moderados, del 39% y del 27%, respectivamente.

Un análisis en términos comparativos refleja que la tendencia al alza de la afiliación es desigual en función de los países de origen de los trabajadores foráneos. Así, mientras la afiliación de los operarios procedentes de la UE creció desde 2002 en 4.439 personas, el incremento de la extracomunitaria llegó hasta los 8.529, durante el mismo período. Desde 2001, la población de extranjeros de fuera de la UE que se trasladaron a la Comunidad Valenciana en busca de un empleo aumentó un 51,3%, al pasar de los 41.508 en 2001 a los 80.941 del año 2003.

Los sindicatos argumentan así el continuado desembarco de extranjeros de fuera de la Unión Europea: la fuga progresiva de trabajadores nacionales y europeos de sectores con elevados índices de precariedad laboral, tales como la agricultura, la construcción y la hostelería. En su opinión, a los inmigrantes no les queda más remedio que aceptar las labores que rechazan los trabajadores españoles.

La colonia de comunitarios,constituida en 2001 por 20.042 personas, se incrementó hasta los 28.251 el pasado año. Por provincias, mientras Alicante es la escogida por los comunitarios para ejercer su profesión, con una población laboral de 19.117; Valencia, con 36.292, es el destino preferido por los trabajadores provenientes de fuera de la UE, según Trabajo.

Las asociaciones que trabajan con inmigrantes advierten de la acuciante necesidad de atender a este colectivo, dado que su creciente protagonismo en sistema laboral acarrea notables cambios en la estructura de la sociedad valenciana. Siete de cada 10 extranjeros que trabaja en la región procede de fuera de la UE. El profesor y sociólogo de la Universidad de Alicante Carlos Gómez ha advertido en reiteradas ocasiones de que la capacidad económica de estos colectivos determina su aceptación social e, incluso, la económica. Así, la capacidad económica de los extranjeros residenciales -como este experto llama a los ciudadanos de la UE que se trasladan para mejorar su bienestar- les permite vivir donde quieren y como quieren. Su integración con la población nacional es escasa y se comunican con su lengua materna. Sin embargo, el grado de aceptación social es opuesto en el caso de los inmigrantes extracomunitarios, procedentes en su mayoría del Norte de África, Suramérica y los países del Este que, por contra y en beneficio propio, sí les interesa integrarse con la población autóctona.

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