IU y ERC critican a los socialistas por "renunciar" a echar al PP

La promesa del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de que sólo gobernará si su partido es el más votado en las elecciones recibió ayer fuertes críticas de las formaciones a la izquierda de los socialistas. Tanto Izquierda Unida como Esquerra Republicana de Catalunya e Iniciativa per Catalunya-EUiA interpretaron que Zapatero "renuncia" a gobernar al empeñarse en cerrar las puertas a una alternativa plural, compuesta por varias formaciones, que derrote al PP.

Las tres formaciones entendieron que Zapatero ha querido con su iniciativa hacer un llamamiento al voto útil, esto es, pedir a la gente de izquierdas que no apoye a partidos pequeños porque se dispersa el voto. Esta agresión directa contra los minoritarios fue respondida con gran dureza por Gaspar Llamazares, coordinador general de IU: "El PSOE renuncia a derrotar al PP. Renuncia a representar a la izquierda, a los ciudadanos que se movilizaron en favor de la paz. Ha vuelto atrás, a la política del voto útil en busca del centro. Allá ellos. Nosotros no renunciamos a ofrecer una mayoría alternativa al PP".

Joan Puigcercós, al igual que Llamazares, destacó que "la obligación de todo dirigente de izquierdas es marcarse como primer objetivo dejar al PP fuera del Gobierno, al margen de que sea o no la fuerza más votada". "Si resulta necesario un pacto de izquierdas, mejor aún, porque está claro que el PSOE no puede hacer el cambio en solitario."

Otros dirigentes de la izquierda, como el cabeza de lista de la coalición ICV-EUiA a las elecciones generales, Joan Herrera, reclamaron a Zapatero que actúe con "sentido común" y le recordaron que "sería una irresponsabilidad" por su parte renunciar a una mayoría alternativa al PP.

Los tres dirigentes se encargaron de recordar una evidencia. Si Zapatero llevara a rajatabla su iniciativa, el PP gobernaría en Cantabria, y antes en Aragón y Baleares. El Ejecutivo de izquierdas de Madrid, truncado por los tránsfugas, tampoco habría sido posible. Y decenas de ayuntamientos españoles, entre ellos algunos muy importantes del cinturón madrileño, volverían a manos del PP como en 1995, cuando en la etapa de la pinza IU y el PSOE no se pusieron de acuerdo para gobernar.

Izquierda Unida ha centrado su discurso de los últimos días en las críticas contra el PSOE, una tradición abandonada en la etapa más reciente. Sus dirigentes creen que hay mucha gente en la izquierda, representada también por los sindicatos, que necesita escuchar a alguien crítico con unas propuestas pensadas para buscar el voto del centro, pero no para movilizar a la izquierda. Los socialistas consideran que uno de sus grandes errores en las elecciones de 2000, cuando sufrieron una debacle que acabó con la dimisión de Joaquín Almunia, fue el pacto preelectoral con Izquierda Unida. Los dirigentes de la federación asumen ese distanciamiento del PSOE, y creen que incluso puede beneficiarles porque les deja espacio libre a la izquierda.