_
_
_
_
_

Un proyecto piloto para dejar el mal vicio del humo

Carmen Morán Breña

Hace unos meses el Ministerio de Sanidad encargó un informe para determinar la eficacia a largo plazo de tratamientos contra el tabaquismo que ya se usan, como el bupropión o los famosos parches. El estudio lo ha hecho la Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria del Instituto Nacional de Salud Carlos III. No se ha comprobado si son eficaces en el largo plazo, pero el director general de Salud Pública, José María Martín Moreno, explicó que a corto plazo ofrecen una "efectividad clara" aunque pueden ser costosos.

Esa efectividad ya estaba reconocida puesto que estos medicamentos los aprobó el Ministerio en 2000, constatada su eficacia. Estudios que maneja el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) indican que a los cinco años el 90% de los pacientes tratados sigue sin fumar y que la tasa anual de recaídas es del 2% aproximadamente. Resultados semejantes arroja el estudio del Instituto Carlos III. Y que en España, sólo entre un 2% y un 4% de los intentos serios de dejar de fumar se acompañan del tratamiento adecuado.

La fórmula para financiar estas terapias de apoyo al fumador que quiere dejar de serlo tampoco se han determinado. Sanidad ha propuesto a las comunidades que se sumen "de forma voluntaria" a un programa piloto para financiar estos fármacos. El ministerio "asumiría parte del gasto" una vez definidos los grupos de riesgo o por criterios socioeconómicos.

Quiénes recetarán estos medicamentos y dónde son extremos aún por definir.

El modelo navarro

El ministerio se inclina por un sistema similar al navarro. En esta comunidad las terapias antitabáquicas se financian como cualquier otro medicamento. Y, aunque tiene un seguimiento especial, el médico de familia puede prescribir este tratamiento. "Serían recetas con cargo a las comunidades", explicó Martín Moreno.

El presidente del CNPT, Rodrigo Córdoba, lamentó el atraso que, a un año de su aprobación, acumula ya el plan nacional para el control del tabaquismo. "Está bastante estancado porque si no hay presupuesto para los tratamientos de deshabituación es difícil avanzar".

Martín Moreno, sin embargo, explicó que "algunos opinan que el sistema sanitario no debería financiar estas terapias porque el coste de las cajetillas [que ya no pagará el fumador] es equivalente al coste de 12 semanas de tratamiento". Y precisó que, según los cálculos del Ministerio de Sanidad, "solamente pediría ayuda para deshabituarse entre un 0,7% y un 1,7% de los fumadores, lo que supondría entre 100.000 y 200.000 personas".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_