El vídeo protagoniza una exposición de artistas portugueses y españoles de los noventa
Las 23 obras proceden de las colecciones de las fundaciones de La Caixa y de Serralves
Un total de 10 vídeos sobre un conjunto de 23 obras plantea un diálogo entre colecciones -la de la Fundación La Caixa y la de la Fundación Serralves de Oporto- y entre creadores españoles y portugueses que han despuntado en los años noventa. El protagonismo del vídeo responde al interés que estos artistas han tenido en dotar de sonido y movimiento a sus reflexiones sobre las relaciones, el entorno o la fragilidad del ser humano. Arte portugués y español de los 90. Encuentro entre dos colecciones se puede ver en Caixafòrum de Barcelona hasta el 25 de abril.
"Esta exposición es un desafío, una mirada sobre las creaciones más recientes", indicó João Fernandes, director de la Fundación Serralves de Oporto. "Mientras preparábamos la exposición comprobamos que había muchas similitudes, los artistas comparten inquietudes, tienen los mismos intereses y casi todos han trabajado fuera de España o de Portugal", añadió Nimfa Bisbe, responsable de la colección de la Fundación La Caixa.
Esta coincidencia de miradas es una de las primeras conclusiones de la exposición, que permite hacerse una primera idea, siempre parcial, de cuáles han sido los derroteros por los que se han encaminado los jóvenes creadores ibéricos. De hecho, la exposición se centra casi exclusivamente en dos grandes líneas.
Por una parte están los artistas que han trabajado el vídeo desde perspectivas muy diversas, pero casi siempre con la intención de provocar una reflexión sobre el entorno y sus reflejos en las relaciones humanas.
Entre los portugueses destacan las obras de Rui Toscano -dos pantallas de plasma en las que se proyectan sendas imágenes aparentemente fijas de São Paulo y Río de Janeiro en las que sólo el desfilar de los coches o el movimiento de las olas dan cuenta del vértigo de las metrópolis-, João Tabarra, que con una ironía dramática traslada la famosa imagen del hombre enfrentado a los tanques en Tiananmen a la de un enfrentamiento con los carritos de un supermercado, y João Onofre, que presenta un montaje en el que una pareja colisiona de forma violenta.
Entre los españoles sobresalen Antonio Abad con Últimos
deseos, una proyección en el techo de un funambulista desnudo; Dora García y su tensa clase de respiración, y Rogelio López Cuenca con su videopoema.
Por otra parte, abundan los trabajos tridimensionales -casi híbridos entre esculturas, arquitecturas o instalaciones- en los que los artistas analizan, por ejemplo, la relación entre el espacio privado y el público. Es el caso de las obras de Francisco Tropa, Txomin Badiola, Fernanda Fragateiro, Pedro Mora, Pellu Irazu, Martí Anson y Francisco Tropa.
Las pinturas-collage de Juan Ugalde, las fotografías de Augusto Alves da Silva, las cartas de Elena del Rivero y el artefacto móvil, entre divertido y absurdo, de Miguel Palma representan otras lenguajes artísticos en una exposición que incluye también los trabajos artísticos de Cabello/Carceller, Filipa César, Francisco Queirós, Javier Peñafiel, Jorge Queirós y Joana Vasconcelos.
Babelia
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