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Un embajador israelí rompe una obra de un museo por llevar la foto de una suicida

El embajador de Israel en Estocolmo, Zvi Mazel, fue expulsado ayer de un museo nacional sueco después de que destruyera una obra de arte en la que se incluía la foto de una suicida palestina que realizó un sangriento atentado. El incidente ocurrió durante la inauguración de una exposición en el marco de la conferencia internacional sobre el genocidio. La obra de arte se encontraba en el patio del museo y representaba una fuente llena de agua de color rojo, para simbolizar la sangre.

Al ser entrevistado por la radio pública israelí, el embajador reconoció haber actuado con premeditación, tras haber leído al respecto en los periódicos. Mazel dijo que se vio obligado a actuar tras la negativa del director del museo de retirar el montaje. "Decidí que había que hacer algo para que los suecos se den cuenta de lo que ocurre en Israel", declaró. También manifestó que en su opinión el problema debería enmarcarse dentro del auge del antisemitismo europeo, argumentando que "el clima que se respira en Suecia y en Europa comienza a parecerse al que se respiraba en los años treinta, en que unas nubes negras cubrieron el cielo y todos nosotros (los judíos) nos sentimos amenazados".

En el transcurso de otra entrevista con el diario Haaretz, Mazel afirmó que no cortó los cables, sino que se limitó a desenchufar los focos de luz que iluminaban el montaje. El director del museo, Kristian Berg, le acusó de arrojar los cables contra una fuente de agua, provocando un cortocircuito que podía haber puesto en peligro al resto de asistentes a la exposición. "No pude quedarme impasible", señaló al periódico.

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