La Generalitat exige a la multinacional Samsung la recolocación de sus 446 empleados

El Gobierno de la Generalitat exige a Samsung la recolocación de los 446 trabajadores que se quedarán en la calle tras el cierre de la planta que el grupo coreano tiene en Barcelona. Los sindicatos, que temen una avalancha de cierres en el sector electrónico, denunciaron la "falta de capacidad negociadora" de la empresa y su radicalismo al anunciar un cierre "al margen de la legislación laboral", dijo Josep Maria Álvarez, responsable de UGT de Cataluña. Desde que se implantó en Barcelona en 1990, Samsung ha recibido 3,47 millones de euros en subvenciones del Gobierno catalán.

El consejero de Trabajo e Industria del Gobierno catalán, Josep Maria Rañé, que exigió a Samsung "un compromiso para recolocar a los 446 trabajadores que irán a la calle", recordó que las ayudas públicas habían sido concedidas sin condicionamiento.

Por su parte, el primer secretario del Partit del Socialistes de Catalunya (PSC), José Montilla, abundó la exigencia del Ejecutivo catalán, "sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una empresa que ha recibido subvenciones". Desde Bruselas, donde se reunió con el comisario europeo de Política Regional, Michel Barnier, Montilla dio por sentado que el compromiso de empleo para las bajas de Samsung "implicará a la Administración", pero especialmente a la "gran corporación coreana que fue ayudada cuando lo necesitó".

Cierre en el Reino Unido

La multinacional contestó al Gobierno autonómico anunciando que en breve alcanzará un acuerdo con una firma especializada en traslado o de deslocalización de empresas, encargada de buscar alternativas de empleo para la plantilla que causa baja. Y, paralelamente, transcurridas 24 horas desde el primer anuncio de cierre, humanizó el perfil de su primera comunicación al explicar que, "antes de tomar esta decisión, hemos estudiado todas las alternativas existentes y hemos llegado a la conclusión de que ninguna otra estrategia garantiza la futura competitividad de la empresa", según el presidente de la filial española de Samsung, Sang Heung Shin.

Samsung Electronics Co, Ltd, traslada la producción de la fábrica de Barcelona a las instalaciones que tiene la compañía en Eslovaquia y que se convertirán a partir de ahora "en la base de operaciones en el continente europeo", según un comunicado de la compañía. El ajuste iniciado por Samsung supone, además, el cierre de la fábrica de Wynyard, en el Reino Unido, donde trabajan 445 personas.

Aunque Samsung no ha hecho públicas sus cuentas del 2003, los resultados de la compañía en los últimos años han sido positivos. El beneficio de la planta fue de 2,38 millones de euros en 2002, 3,41 millones en 2001 y 4,55 en 2000, mientras que el volumen de facturación alcanzó los 799,69 millones en 2002, 706,92 en 2001 y 531,95 millones en 2000.

El sector de la electrónica de consumo está experimentando un desarrollo tecnológico vertiginoso que acorta la vida comercial de los productos y provoca la caída de sus precios de venta. Para contrarrestar los efectos de esta caída de precios Samsung concentrará su producción en las fábricas que cuenten con instalaciones de proceso integrado y menores costes de producción, componentes y logística.

La fábrica de Samsung en Barcelona dedica su línea principal al ensamblaje de equipos audiovisuales -es la cadena que se deslocaliza a Eslovaquia-, y una segunda línea, de menor envergadura, dedicada a la producción de aparatos de telefonía móvil que será sumida por la factoría que la compañía tiene en China.