"Se ha acabado la seguridad"
El 90% de la plantilla de Samsung son mujeres, entre 30 y 40 años, con hijos e hipotecas por pagar
"Llevo aquí trabajando 12 años y la seguridad con la que me levantaba cada mañana se ha acabado". Y lo ha hecho de golpe y porrazo. Merche tiene 35 años, y ayer, como la mayoría de sus compañeros, se enteró por la prensa de que a finales de marzo la empresa en la que trabajan ella y su marido cierra. Le han sudado las manos, se ha reído, ha llorado e inmediatamente le ha venido a la cabeza la hipoteca, sus dos hijos y su edad.
No difiere mucho de lo que preocupa a los 446 trabajadores que Samsung tiene en plantilla. La gran mayoría, un 90%, son mujeres. Tienen entre 30 y 40 años. Muchas son madres y están empezando a pagar la hipoteca del piso. Ayer, cuando llegaron a las puertas de la empresa, preguntaron a los periodistas qué pasaba y la respuesta fue que se quedaban sin empleo. "Ha sido igual que cuando tienes un accidente, piensas que no puede ser que te esté pasando esto, como si necesitaras que te pellizcaran para reaccionar", explica Roser, de 38 años, casada y con dos niños pequeños.
Roser y Merche llevan más de diez años en Samsung, trabajando en una cadena de montaje, y a las dos les cuesta asimilar lo que está pasando. "¿A dónde voy? Llevo doce años aquí, no lo entiendo, siempre nos decían que estaban muy contentos con nosotros; tanto trabajo para nada", relata Merche.
Isabel, de 36 años, se quedó viuda el año pasado. Tiene dos hijos pequeños. En verano tuvo suerte y Samsung le ofreció un contrato fijo. Por fin podía respirar tranquila. La pensión de viudedad, de 360 euros al mes, no da para mucho. Ahora se ha vuelto ha quedar sin trabajo. Cada una de las mujeres que ayer se concentraban ante las puertas de la fábrica tiene una historia distinta con un trasfondo común.
Una joven explica que le conceden un piso de protección oficial la próxima semana, otra está muy preocupada porque ya se acerca a los 40 y ve complicado encontrar trabajo. Otra insiste, en un claro llamamiento para quienes quieran contratarles, en que en la fábrica han hecho muchos cursos de formación. Algunas están bastante aturdidas y otras empiezan a perder la esperanza y lo expresan en voz alta: "Vivir con la esperanza de que esto es un mal sueño y vamos a despertar y poder a volver a trabajar en una empresa como ésta es soñar".
Los que se aferraban a la idea de que los periodistas iban equivocados, vieron confirmada la noticia de boca del comité de empresa, tras una escueta reunión de poco más de 10 minutos con la dirección. "Primero han preguntado mucho, después algunas chicas han llorado y a una le ha dado un ataque de ansiedad, se la ha tenido que llevar una ambulancia", relató ayer el presidente del comité, Juan Partera.
Pero casi nadie habla mal de Samsung. Ángel tiene 40 años, dos hijos de 13 y 19 años y su esposa también trabaja en Samsung. "Siempre nos hemos sentido muy a gusto porque nos han hecho creer que esto era una gran familia, yo trabajaba de seis de la mañana a las once de la noche porque estaba ilusionado". Ahora, añade Ángel, "ya me dirás qué hago con 40 años".
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