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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Disminuyen las incertidumbres

El presidente George W. Bush ha recibido dos regalos de Navidad adelantados. Uno ha sido la afortunada captura de un desaliñado Sadam Husein, el en otro tiempo belicoso guerrero, que no presentó una resistencia heroica. El otro feliz suceso ha sido la llegada de la esperada recuperación económica de Estados Unidos. Tan fuerte ha sido la tasa de crecimiento del PIB estadounidense que, incluso aunque se redujera de aquí a las elecciones de noviembre de 2004 a la mitad de su acelerado ritmo actual, el cielo seguiría presentándose azul para los republicanos.

Es una suposición verosímil que George W. Bush o alguien como él presida EE UU de aquí a 2010. Los contrincantes de Bush que aspiran a la candidatura demócrata a la presidencia son en su mayoría centristas. Quizá Howard Dean, que actualmente va a la cabeza, intentaría más activamente cambiar las actuales tendencias globalizadoras estadounidenses. Pero precisamente ese hecho podría convertirle en el rival más fácil de vencer para Bush. Esto significa que el bienestar del resto del mundo seguirá dependiendo en el futuro, como lo ha hecho en el pasado, de la salud y la fortaleza de la economía estadounidense.

Cualquier signo de recesión antes de las elecciones hará salir de las espitas presupuestarias un torrente de nuevos gastos y nuevos recortes fiscales

¿Por qué persisten tantas dudas sobre la sostenibilidad de la expansión estadounidense? ¿Es cierto que el hecho de que nuestro rico país no cree puestos en el sector secundario significa que la recuperación estadounidense va a agotarse pronto? Mi respuesta es que la mayor parte de la economía principal es capaz de prosperar a buen ritmo, aunque se esté perdiendo permanentemente una enorme cantidad de puestos de trabajo a favor de China y del mundo en vías de desarrollo. Este proceso de externalización probablemente aumentará la desigualdad en EE UU. Sin embargo, a menudo, el 94% de la población ha vivido bien en el pasado, mientras que el 6% es víctima de lo que el profesor de Harvard Joseph Schumpeter llamaba "destrucción creativa" del sistema capitalista. Hay una segunda razón por la que los puestos de trabajo pueden seguir escaseando, aunque la producción suba fuertemente. Cuando la productividad de una nación se dispara, por la razón que sea, buena parte de la producción nueva se puede conseguir exprimiendo al mismo número de trabajadores de antes. Este proceso es una segunda causa del aumento de la desigualdad en EE UU.

Nuestra Reserva Federal (Fed) tiende a considerar que la persistencia de una reserva de mano de obra aún no empleada sirve de protección contra una inminente inflación acelerada. Es más probable que Alan Greenspan, presidente de la Fed, mantenga los tipos de interés bajos y los créditos elevados en EE UU mientras las nuevas direcciones empresariales sigan fomentando el implacable despido de los trabajadores. Por supuesto, debemos aceptar que algunos de nuestros estímulos recientes no volverán. Cuando un tipo de interés a corto plazo se acerca al nivel cero, el banco central no puede seguir materialmente bajando los tipos. Eso pondrá fin a la refinanciación de las hipotecas. Dichas refinanciaciones, al tentar a los propietarios a obtener dinero para gastar mediante la ampliación de la hipoteca de su casa, fueron una de las razones por las que aumentaron los gastos de consumo. Probablemente desaparezcan pronto. El rápido hundimiento de la defensa armada en Irak también significa que el gasto presupuestario en municiones y tanques disminuirá.

A esto hay que añadir una última amenaza a la aceleración de la recuperación. Anticipándose a la recuperación, los precios de Wall Street han subido antes de que se produzca. Es posible que las plusvalías de capital se normalicen y, al hacerlo, pongan en peligro la retomada voluntad de invertir en empresas arriesgadas. Usando la historia de los ciclos económicos, la experiencia del pasado medio siglo nos dice que pocas recuperaciones estadounidenses se agotan en los primeros años. Eso indica que EE UU podría alcanzar en 2004 un crecimiento real de al menos el 4%. De ser así, les vendrá bien a Asia, Europa y Latinoamérica.

Una última red de seguridad: los partidarios del gasto keynesiano solían ser demócratas liberales. Desde Reagan, los republicanos se han apropiado del traje keynesiano. Me atrevo a predecir que cualquier signo preocupante de recesión antes de las elecciones hará salir de las espitas presupuestarias de Washington un torrente de nuevos gastos y nuevos recortes fiscales. No importa que sea malo para 2010. Las elecciones de 2004 hay que ganarlas en 2004.

© 2003, Tribune Media Services.

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