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El PP cierra la legislatura con el rechazo del resto del Congreso a los Presupuestos, salvo CC

CiU duda de las posibilidades del Gobierno para "reconstruir los puentes que ha dinamitado"

La VII legislatura de la democracia, la primera con mayoría absoluta del PP, concluyó con todos los grupos, salvo CC, enfrentados al Gobierno. Hasta CiU, que se había abstenido en la primera ronda de la votación de los Presupuestos, optó ayer por el "no" a las últimas cuentas generales de José María Aznar y a su Ley de Acompañamiento. Su portavoz, Josep Lluís Sánchez Llibre, sostuvo que el PP, en el final de la legislatura, ha demostrado que "se ha olvidado de lo que significa pactar". Y dudó de la capacidad de este partido, si pierde la mayoría absoluta, de "reconstruir los puentes que ha dinamitado".

En ausencia de Aznar y Zapatero, el debate fue más amable que la semana pasada
Todos los portavoces destacaron la soledad del Gobierno en el final del curso político
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Trillo, en la galería de retratos del Congreso.

Uno tras otro, siempre con la excepción de Coalición Canaria (CC), los portavoces de todos los grupos parlamentarios intervinieron para lanzar el mismo mensaje: el de la soledad del PP y su mayoría absoluta. Aun así, esa mayoría fue ayer más que suficiente para aprobar definitivamente los Presupuestos Generales para 2004 y su Ley de Acompañamiento, con 182 votos a favor y 145 en contra. La primera norma se basa en una previsión de crecimiento económico del 3%. La segunda modifica sin apenas debate más de 60 leyes, entre ellas parte del Plan Hidrológico Nacional o la Ley del Sector Eléctrico.

El más duro de todos los portavoces fue Josep Lluis Sánchez Llibre, de Convergència i Unió (CiU). Los hasta hace unos meses socios catalanes del Gobierno central decidieron, por primera vez en ocho años, abstenerse en la Ley de Presupuestos cuando se debatió por primera vez en el Congreso. Entonces dijeron que confiaban en que durante la tramitación en el Senado, el PP se aviniera a pactar con ellos algunas modificaciones. Sánchez Llibre sostuvo ayer que su grupo ha decidido votar definitivamente en contra, como finalmente hizo, porque el Gobierno ha actuado con "soberbia, deslealtad, desprecio y venganza" hacia este grupo durante la tramitación en el Senado.

En su opinión, en el último tramo de la legislatura el Gobierno "ha perdido el norte" tras optar por legislar en solitario, sin diálogo. El problema, explicó, llegará si el PP pierde su mayoría absoluta en las próximas elecciones generales de marzo. Entonces intentará pactar de nuevo porque "a la fuerza ahorcan". Pero el diputado catalán dudó de la capacidad del partido del Gobierno, dirigido por Mariano Rajoy, para "reconstruir entonces los puentes que ha dinamitado" en esta última etapa.

Los socialistas se centraron en el contenido de los Presupuestos. Para Francisco Fernández Marugán, las cuentas del Estado ahondan la desigualdad y no tienen medidas para mejorar los servicios públicos, la investigación científica y el desarrollo. Jordi Sevilla, portavoz económico del primer partido de la oposición, añadió en rueda de prensa que estos Presupuestos garantizan que los españoles sean los europeos que más trabajan y menos cobran y además no desharán el "desequilibrio a favor del ladrillo y la especulación".

Jordi de Juan, representante del PP, presumió de la gestión económica de los ocho años de Gobierno del PP y destacó que estas cuentas ahondan "un año más" en el equilibrio presupuestario o déficit cero, eje de la política económica de su partido.

Tanto los portavoces del Grupo Mixto como Izquierda Unida reprocharon al PP que utilice el Senado y la Ley de Acompañamiento para modificar leyes fundamentales sin debate. Cada uno lo definió a su manera: "por la puerta de atrás", "cajón desastre o desastre de cajón", "caballo de Atila", o, según la personal aportación de José Antonio Labordeta, de la Chunta Aragonesista, "un camarote de los hermanos Marx, pero sin ninguna gracia".

El PNV aprovechó para rogar por que el PP pierda la mayoría absoluta "por el bien de la democracia".

Con la ausencia de los dos primeros espadas, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, el ambiente entre los diputados, muchos de los cuales se despedían definitivamente de la Cámara, fue mucho más amable que el del último pleno de control, la semana pasada, cuando el presidente se despidió agradeciendo sólo el trabajo de su grupo parlamentario.

Tanto es así que Germá Bel, del PSOE, y Presentación Urán, de IU, que ya no serán diputados, agradecieron el trabajo de Vicente Martínez Pujalte, del PP. Éste les aplaudió y también agradeció su esfuerzo "desde la discrepancia".

También el cierre de la sesión de la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, fue aplaudido por todos. Escueta como siempre, se despidió con la fórmula del presidente socialista Félix Pons, que continuó Federico Trillo: "Se levanta la sesión, y algo más".

Pero la sesión continuó todavía durante un buen rato. Dentro y fuera del hemiciclo. Los diputados de todos los grupos se entretenían en corrillos en conversaciones sobre sus respectivos futuros. La cara de circunstancia de algunos delataba su tristeza por la seguridad de que no volverán al viejo palacio de la Carrera de San Jerónimo. "¿Y tú vuelves ?".

Esa fue la pregunta más extendida. Unos asentían con gran seguridad; otros se refugiaban en un "no sé todavía", con evidente zozobra, y un último grupo reconocía que su vida parlamentaria acababa de terminar.

A partir de ahí empezaban las palabras de consuelo respecto a la "dureza" de la política y lo bien que se está "en la vida civil". Todo con escasa convicción.

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