El Ayuntamiento de Barcelona no utilizará madera de talas ilegales
Los servicios funerarios de la ciudad, pioneros en adoptar la medida
El Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a no comprar ningún tipo de madera que no lleve un certificado que garantice que no procede de la explotación ilegal de bosques. Los servicios funerarios de la ciudad serán los primeros en España en adoptar la iniciativa, que se concretará en una medida de gobierno. La tercera teniente de alcalde, la ecosocialista Imma Mayol, la presentará en el pleno municipal del lunes.
Mayol, que también preside la Comisión de Medio Ambiente, Servicios Urbanos y Sostenibilidad, dijo ayer que no quiere que esta medida se convierta en una mera "declaración de principios". Por ello, explicó, ha decidido adoptar tres compromisos: presentar cada año un informe para evaluar la gestión y el resultado de la compra de madera certificada; constituir una comisión técnica que vele por el cumplimiento de la medida, y realizar acciones informativas a todos los servicios municipales, a las empresas proveedoras y a otros ayuntamientos.
El responsable de la campaña de bosques de Greenpeace en España, Miguel Ángel Soto, señaló que otras instituciones como la Asamblea de Madrid, el Parlament de Cataluña, las Cortes Valencianas y los ayuntamientos de El Prat, Sant Boi, Esplugues, Molins de Rei y Reus también han adoptado medidas parecidas, pero que en ningún caso se ha alcanzado el grado de compromiso del Ayuntamiento de Barcelona. Como ejemplo puso los servicios funerarios de la capital catalana, que serán los únicos de España en introducir madera certificada en su catálogo. Mayol explicó que de los 15.000 ataúdes que se construyen al año en Barcelona, el 15% utilizan madera maciza y que la empresa municipal ha realizado este mes la primera compra de madera certificada para incorporarla a su catálogo.
Mayol comentó que esta iniciativa ya está prevista en uno de los puntos de la Agenda 21, la constitución verde de la ciudad. "De lo que se trata es de reducir la huella ecológica en el planeta", explicó Mayol, "y la mejor manera de hacerlo es predicar con el ejemplo". Así que a partir de ahora se irá introduciendo el uso de madera certificada en las obras municipales, en la construcción de mobiliario urbano, de oficinas, de los servicios funerarios y del material de parques y jardines.
Y como no sólo existe un tipo de madera certificada, el Ayuntamiento ha establecido sus preferencias. Siempre que se pueda se adquirirá madera que lleve el sello FSC, el más exigente. El FSC, o Consejo de Administración Forestal en sus siglas en inglés, es una acreditación internacional que garantiza que cualquier unidad forestal se gestiona correctamente desde el punto de vista económico, social y ambiental. En segundo lugar, utilizará certificaciones de ámbito nacional o regional como la PFEC o la DGQA. Y en última instancia también tendrá en cuenta aquellos documentos que acrediten que la madera proviene de empresas comprometidas con la gestión forestal sostenible.
Mayol también dijo que propondrá al futuro Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, cuyo titular será con toda probabilidad Salvador Milà, que ha sido concejal de ICV en Mataró (Maresme), que asesore a las explotaciones locales catalanas para que adquieran este tipo de certificados. La tercera teniente de alcalde matizó que la iniciativa tomada no pretende reducir el consumo de madera, sino todo lo contrario. "En Cataluña", dijo Mayol, "hay una subexplotación forestal".
"Hito histórico"
El responsable de la campaña de bosques de Greenpeace en España calificó la medida adoptada en Barcelona de "hito histórico". Durante la rueda de prensa en la que se presentó la iniciativa municipal, Soto expuso la "alarmante" situación de los bosques primarios del planeta, el 80% de los cuales ya ha sido arrasado. El 20% restante, según la organización ecologista, está amenazado por diversas causas, principalmente por la explotación forestal a gran escala y en su mayor parte ilegal.
Algunos activistas de Greenpeace ocuparon en mayo pasado la entrada principal del Ayuntamiento de Barcelona para denunciar la utilización de madera procedente de la tala ilegal.
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